Hotel Parador de Canolich es una magnífica elección para los viajeros que visiten Bixessarri, ya que ofrece un ambiente romántico, además de numerosos servicios diseñados para mejorar tu estancia.
Hotel Parador de Canolich es un hotel pequeño romántico con minibar y mesa de escritorio en las habitaciones, y es fácil permanecer conectado durante la estancia, ya que ofrece wifi gratuito para los huéspedes.
El hotel pequeño tiene terraza-solario, mobiliario exterior y cafetería. Además, los huéspedes pueden disfrutar de desayuno incluido, lo que lo ha convertido en una opción popular entre los viajeros que visitan Bixessarri. Para los huéspedes que tengan coche, hay parking gratis disponible.
Mientras estés en Hotel Parador de Canolich, quizás quieras probar Parador De Canolich Restaurant (0,0 km) que están a solo un paseo.
¡Disfruta de tu estancia en Bixessarri!
No tengo palabras para explicar la excelente hospitalidad y el buen hacer de Rosi y Josep. Un lugar en silencio y rodeado de naturaleza. Instalaciones muy buenas, ambiente familiar. Amenazamos con volver. Un abrazo.
No me gustó ver a la cocinera hacer la función de camarera llena de lamparones, con ropa de ir por dentro de casa, manchas de lejía y sin gorro. Además tienen varios gatos grandes, que siempre están al asomando el morro a las mesa.
El entorno es fantástico, con preciosas vistas, parajes idílicos donde hacer senderismo, o relajarte. En cuanto al hotel, estuvimos en la habitación Grandalla. Cama enorme, armarios empotrados, buen aislamiento térmico y sonoro, aunque en el exterior sólo se escuche algún cuco. El baño genial, el agua caliente con potencia, con buenos accesorios, secador, ducha y bañera separadas. También teníamos un saloncito acristalado, donde planeábamos las excursiones, con unas vistas estupendas. De todas formas, mejor que el hotel y el entorno, ha sido el trato recibido por los dueños, Rosi y Josep. Es cierto lo que dicen las otras opiniones: mejor que en casa. Super atentos. Los desayunos, impresionantes. Los curasanes de chocolate recién hechos, los mejores que hemos comido nunca. Los bizcochos, tanto de zanahoria como de chocolate, los platos de fruta natural, las tostadas de pan hecho por Josep, ... buenísimo todo. Hemos probado todas las ensaladas, la de pato espectacular, también la de pera con queso manchego (y su salsa secreta...), los canelones, el conejo, la ternera.... etc. Los postres, caseros, riquísimos. Se nota cuando le ponen cariño a algo. Si el entorno es un 10, ellos son un 11.…
Llegamos de noche y que sorpresa al mirar por la ventana al levantarse! Que vista! Tranquilidad total en medio de un paisaje increíble, excepcional. Nos hemos sentido como en casa, Rosi y su marido nos han tratado como si fuéramos amigos invitados en su casa, nos ha encantado . La comida excelente, con sabor y calidad, la habitación impoluta y cómoda. La verdad que repetiremos. Naturaleza, tranquilidad, lejos del cemento, es lo que necesitábamos y este es un refugio para las personas que buscan un turismo de calidad.
Todo en nuestro descubrimiento de este lugar fue maravilloso. Sentirse como en casa no es fácil, y Rosi y Josep lo consiguen. Son el alma de todo y lo convierten en algo aun más especial.Lugar idílico, limpieza, personalidad y excelente gastronomía. Una experiencia maravillosa que seguro repetimos!
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