Trato familiar, fantástico entorno, muchas actividades en la zona, desayuno completo y buenisimo, todo muy limpio y con muchas comodidades. Destacamos sobretodo en la forma como nos hicieron sentir los propietarios, como si estuvieramos en casa y muy atentos. Seguro que repetiremos.
Una familia encantadora consigue que la estancia en este rincón secreto y tranquilo del EMPORDÀ sea una auténtica maravilla. Roser la endulza con sus postres caseros con un desayuno excelente y completo. CAN MASSOT ofrece la posibilidad de adentrarse en rincones poco conocidos de la comarca. Preguntad a los propietarios sobre la zona, sus consejos son oro. Podréis aprovechar para bañaros en las pozas o el pantano cercanos, hacer una ruta a pie o en bici o recoger setas en otoño...Sea como sea, la visita será inolvidable.
Hemos pasado un fin de semana en esta preciosa casa rural.La ubicación es genial en Darnius... Pero lo mejor de todo es el trato recibido. Hablando con Roser, le comentamos que nuestro hijo es intolerante a la lactosa y a la mañana siguiente para desayunar, había hecho un bizcocho con leche sin lactosa para que él también pudiese comer.El desayuno con productos hechos por ellos mismos... Nos dieron buenas explicaciones para conocer la zona. Sin duda, volveremos. Gracias Roser y familia.
Acabamos de volver de Can Massot. Hemos ido dos dias con nuestra peque de 7 años y aunque el tiempo no ha acompañado la estancia ha sido genial. La casa es una masia aun en uso, grande, espaciosa, rural (algo que parece que se ha perdido en la mayoria de casas...) Roser, Josep Maria y su hija Marta son encantadores. Cercanos, amables, se desviven porque estes bien. Nos han hecho sentir como en casa, en una gran familia. Hemos ido a buscar verduras al huerto, recogido huevos, paseado en su poni Nyola.... Vamos, perfecto!! Mil gracias por el fin de semana y espero poder volver en breve!
Solo tuve el placer de pasar una noche, ya que estuve de paso por mi ruta con moto por la costa brava. Pero no pude elegir un lugar mejor. Masia antigua, reformada pero guardando el estilo. Como las q hay en mi pueblo, por eso me traslade al pasado y disfrute aun mas. Los dueños muy atentos y cordiales, la comida toda casera, uno de los almuerzos mas sabrosos q habré probado, en hoteles, sin duda. La zona también acompaña, si vas en moto las carreteras geniales, tienes el pantano a 5m.Si es invierno disfrutas de su belleza y en verano de su belleza y sus aguas, un chapuzon relajante a las 20 de la tarde, casi en soledad pq es inmenso, pues no tiene precio. Sin duda como le dije al dueño, Volveré. Aun me quedan muchas rutas en moto por descubrir.
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