Hotel muy acogedor y tranquilo. Perfecto para desconectar. Nos tocó la habitación con hidromasaje y era muy amplia, aunque hacía un poco de frio dentro. El desayuno muy bien, con bollería artesana, pero se echaba de menos que hubiera más opciones a elegir en el desayuno. El menú de la cena muy bien.
Para ser un hotel de dos estrellas nos ha sorprendido muy gratamente. La chica recepcionista, Paz, un encanto desde el primer momento. Las habitaciones amplias y muy cómodas. Además, nos puso la habitación con hidromasaje y fue un auténtico lujo. No cuenta con amenities ni minibar pero la estufa está siempre encendida para mantener la habitación caliente y también dispone de aire acondicionado para el verano. La decoración está pensada al detalle, con mucho gusto, combinando los espacios modernos con toques rústicos. Eso si, el Wifi, al menos en la segunda planta, va a pedales. En cuanto a la cena, tomamos el menú degustación que vale 40€ por persona y esto sí que nos decepcionó un poco. Para el precio que tiene, los ingredientes que emplean son pobres pero todo está bien cocinado. En cuanto al desayuno, consiste en zumo de naranja, café, tostadas, tomate rallado, fiambre y algo dulce. El pueblo es tranquilo para dar un paseo pero lo que más destaca es el parque natural de Hoces del Cabriel, que es un auténtica maravilla para hacer senderismo. En general es un hotel que nos ha sorprendido porque por calidad y precio no parece un hotel de dos estrellas.…
Hotelito encantador, pequeño, cuidado, con gusto. Muy cerca de las Hoces del Cabriel y de las bodegas Utiel-Requena. Así que tanto para disfrutar de la Naturaleza, como para hacer una ruta enológica es perfecto. A destacar la amabilidad de Paz y del resto de personal y muy especialmente la restauración. La cena es deliciosa y preparada con mucho gusto y mucho cariño. Así que recomendable al 100 x 100.
Hemos pasado un excelente fin de semana de puente con junto con nuestros hijos pequeños. El hotelito es tranquilo y encantador, la atención ha sido muy cercana en todo momento, siempre atentos a nuestras necesidades. La habitación con hidromasaje una gozada y tanto los desayunos como las cenas, riquísimos. La comida es especial, buscando complejidad de sabores y texturas. Una estancia 100% recomendable, volveremos.
Hemos estado tres días en este hotel y no puedo estar más contenta con la elección.Un hotel pequeño,con una decoración minimalista q tanto me gusta y q no es fácil de encontrar en pueblos del interior.Unas habitaciones amplias y bien resueltas,sin grandes detalles pero en las q nada falta y si falta Paz te lo proporciona aunq a nosotros nada nos faltó.La cocina de lo mejorcito q hemos comido x esos alrededores.Hay Paz también juega el papel principal,gran cocinera ,pescados en su punto y menú muy completo y bien cocinado ,lastima q solo sean cenas.Los desayunos también mas q suficientes,ninguna mañana pudimos terminarlos enteros.El hotel x fuera es una casa de piedra y hasta q no estas encima no te das cuenta de q es el hotel ,x dentro un gran descubrimiento.Dar las gracias a Paz x resolver todas nuestras dudas,igual te indica una ruta de montaña q te cocina una lubina en su justo punto,y a Alba q nos ha estado sirviendo cada día desayuno y cenas y nos ha aconsejado sobre vinos y montaña .No dudaría en volver para tener unos días de desconexión …
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