Posada bellísima en pleno casco antiguo. Fuimos a comer pero la próxima vez intentaremos también alojarnos. Es un edificio antiguo muy bien restaurado que se abra por detrás a la serranía de Cuenca con unas preciosas vistas desde el comedor. Luz, vistas y paredes blancas son el fondo de un menú conquense muy bien diseñado. Entrantes con embutidos de la serranía, platos de caza y escabeche y postres ricos y bien elaborados. En la bodega se encuentran vinos locales de calidad a un precio razonable. Buen servicio y amabilidad y sensación de estar en tu casa. Buena relación calidad-precio.
El pleno centro del barrio antiguo de cuenca a 2mn de la catedral y de la mayoría de las cosas. Algunas habitaciones con vistas muy bonitas al parador y puente colgante. Sin embargo se ha quedado viejo. Siguen con mantas en las camas, bañeras en vez de duchas, sin persianas que te protejan de la luz de primera hora, ninguna insonorización…. El bufete del desayuno muy bueno. Los recepcionistas muy bien, encantadores sin embargo algunas camareras del desayuno eran bastante impresentables y bordes. Una pena
Es la tercera vez que voy a Cuenca y las tres me he alojado aqui, es excepcional el trato, el ambiente, todo. me encanta su comedor y sus ventanales al parador nacional. si vuelvo otra vez repetire por quinta vez.
Excelente ubicacion.Habitacion con mucho encanto(al igual que el edificio),amplia y muy comoda,con unas vistas increibles. No teniamos desayuno contratado,el desayuno buffet son 9€ por persona,pero no lo cogimos ya que hay bares cerca y se desayuna muy bien y muy economico. Personal muy atento. Comimos un dia en el restaurante guiados por las opninones y muy bien,comida muy rica y bien de precio. No tiene parking,pero cerca hay una zona de aparcamiento gratuita.
Situación perfecta para conocer Cuenca y unas vistas desde la habitación increíbles, precioso. La Posada con mucho encanto y el trato por parte del personal del 10. La habitación era bastante grande, incluso nos pusieron 2 cunas y se estaba bastante bien. Tenía además 2 sillas y una mesa al lado del ventanal con vistas impresionantes. Espacio para maletas, ropa,...habitación perfecta. Y baño completo en la habitación. Teníamos el desayuno; embutido, pan, bizcochos riquísimos, variedad de galletas, cereales, café,...lo único negativo el zumo que no era natural. Sin duda muy recomendable y volveremos en nuestra próxima visita a Cuenca. Buenísima relación calidad-precio.
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