Comparado con el casco medieval de Praga, este barrio, asentado sobre antiguos viñedos, surgió muy rápido en las primeras décadas del siglo XIX. Hoy es el lugar donde quiere vivir todo el mundo, y quienes lo hacen, están orgullosos de ello. Con sus increíbles parques, sus edificios clásicos, sus cafés con terraza, bares de ambiente artístico, restaurantes acogedores, mercados y tiendas vintage y de últimas tendencias, el barrio alberga a gente de todas las partes del mundo. La zona es un crisol de expatriados, familias, estudiantes bohemios y gente a la última. Resulta ideal tanto para desayunar como para comer o disfrutar de una vibrante marcha nocturna. Después del atardecer, pasea hasta Vršovice, el nuevo centro del ambiente hipster, alternativo y gay de Praga.