Me contacte desde el primer momento con Yosvaldo, con quien concrete la reserva. La casa esta muy bien conservada ubicada en una zona que se llega caminando a lss principales atracciones. El desayuno es básico, pero esta bien. Respecto de la habitación solo me hubiese gustado que cuente con pava eléctrica y al menos algun momento con WiFi . La limpieza de la casa y habitación es excelente como también es excelente la cordialidad de Yosvaldo y Yirina su mamá.
Me alojé 4 días es esta hermosa y cuidada casa colonial 1830 !! La habitación y el baño muy limpio , la cama confortable con sábanas impecable. El trato con la familia muy bueno Yosbaldo muy atte. Sugiero que la casa tendría que tener wifi libre para facilitar la comunicación y una pava eléctrica en la habitacion ya que solo cuenta con frigobar. La ubicación es perfecta !
La casa es una verdadera joyita muy bien conservada, situada en el corazón de la ciudad. Los anfitriones son espectaculares, simpáticos, amables y muy educados. la habitación con baño privado, Aire acondicionado, frigobar lleno, la cama fabulosa con excelente colchón y almohadas muy cómodas. las sabanas de algodón 5 estrellas. El desayuno excelente. que mas decir solo dar gracias por su hospitalidad. Sin duda volveríamos
La casa está muy bien conservada y es preciosa, está llena de detalles. La habitación, en la que estuvimos, tenía un buen tamaño y el baño era muy grande. La limpieza de la casa y la habitación era más que correcta. Disponen de una terraza con mesitas y otra zona dónde puedes tumbarte a ver las estrellas mientras te relajas. Los anfitriones, Yoswaldo y su familia, cuidan de todos los detalles y necesidades de los huéspedes, nos sentimos como en familia. Si necesitas un taxi, una excursión a la playa, otra propuestas, etc... no dudes en preguntarles. Los desayunos son muy completos con fruta fresca, zumo natural, huevos, pancakes, etc... No dudaría en volver a hospedarme en el mismo sitio. Muchas gracias por todo!!!
He estado en tres oportunidades en Casa Colonial 1830. La primera de ellas por turismo, las otras dos por reencontrarme con este mágico lugar y con sus propietarios, que te hacen sentir como parte de su familia. Trinidad y su gente enamoran, es un viaje en el tiempo bañado de cultura y cubanidad. La casa cumple con quienes como yo, disfrutan de un espacio tranquilo, donde te sientes parte de él, cómodo, cálido y con todas los servicios básicos de un hospedaje de su categoría. Siempre que vaya a Cuba, volveré.
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