Por fuera se ve un muy buen hotel, sin embargo las instalaciones se ven algo viejas, por el uso, es muy notorio en los muebles de la habitación. Pase mi noche de bodas y nos tenían espumante, velas y rosas, fue un detalle bastante bonito. Creo que esto último ayuda un poco a tener una mejor experiencia del hotel, por que lo demás deja bastante que desear. Posee muy buena ubicación, ya que caminando se llega a la alameda y hay dos líneas de metro cerca del hotel. Frente hay locales para almorzar o para una merienda. El estacionamiento es pagado por lo que no lo recomiendo para nada.
Llegué y no había nadie que me recibiera, esperé mucho rato para que llegara una chica que pudo hacer mi Check In. Mi habitación debería haber tenido cama doble, pero eran 2 camas individuales. El desayuno era pésimo, llegué a un lugar donde estaban todas las mesas sucias de gente que había desayunado antes (no las iban limpiando en el momento, por lo que tuve que acomodar yo mismo la mesa menos sucia y ordenarla para sentarme). Es un concepto extraño, no tienen mucho personal.
La atencion es muy mala, te miran como qje te estan haciendo un favor a vos que sos el huesped. No tiene internet nunca, la calidad es tan mala que terminas tirando la pc por la ventana. La ubicacion es centrica pero la zona es muy mala para salir a caminar o hacer algo sin auto.
Solo por una noche y llegados de un crucero Patagonico, descubrimos un hospedaje de buena calidad y del cual caminando un poco se llega a pleno centro. Es una torre con departamentos pequeños para unos dias y visitar Santiago. Lo más deslumbrante: la terraza con el desayunador y piscina. Unas vistas increíble. Volvemos en Agosto también por una noche de un vuelo stop over. Lo recomiendo.
Reservamos en este alojamiento pues las reseñas de Booking decían que era “fabuloso”. Ese adjetivo tal vez para calificar el desayuno que estaba incluido en el precio. Las fotografías no reflejan la realidad. Habitación muy pequeña. Pésimo mantenimiento del cuarto de baño. El lavamanos botaba agua. La zona fea, oscura y peligrosa, especialmente de noche. Encontramos una buena opción para comer sushi y peruano en las inmediaciones del edificio, pero en general, no hay restaurantes cerca, y de noche, si uno camina, se encuentra con los indigentes que viven en las afueras de un hospital cercano. Por ser nuestra primera vez en Santiago, no teníamos experiencia; pero a este alojamiento definitivamente no regresamos.
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