Realmente UNA MUY MALA EXPERIENCIA, veníamos a este hotel a pasar nuestro aniversario en virtud de las tres estrellas, la vista al lago y en especial por los servicios del restaurante. Lamentablemente el trato descortés, grosero y poco profesional de la empleada que cubre el ingreso de los huéspedes por la mañana y quien se encargara de nuestro ingreso nos quitó, entre otras cosas, las ganas de estar en el alojamiento disfrutando de la vista del lago, de almorzar y cenar en hotel como teníamos previsto, tuvimos que buscar todas las noches reservas en distintos restaurantes de la ciudad fuera de lo planeado. Al solicitar por favor si podría solicitar un auto (remis o taxis) la misma empleada nos mandaba a esperar los mismos en la ruta (en pleno frío y con nieve) y no dentro del hotel, con lo cual a fin de evitar mayores inconvenientes y discusiones procedimos directamente nosotros a buscar números de remis y taxis de la zona para coordinar nuestros traslados. El trato con el cliente y, más de un hotel que se promociona con 3 estrellas, requiere entre otras cosas una correcta atención de sus empleados, más de alguien que recibe a los huéspedes, da la bienvenida al alojamiento y es la carta de presentación del mismo. La atención cordial de los restantes empleados (tanto de limpieza, del buffet, del desayuno) y en especial de Camila, fue muy bueno. Hace diez años que venimos a Bariloche en distintos hoteles y nunca nos pasó esto en ningún otro, una falta total de respeto por parte de dicha empleada durante toda la semana que estuvimos alojados. El hotel estaba pago por adelantado y poco nos faltó de reservar en otro lugar para irnos. El desayuno servido es muy básico (todos los días lo mismo sin variedad de productos regionales como se promociona), solo pan, budín viejo, medialunas y jamón y queso viejo. La tostadora no tuesta, apenas calienta. Conclusión no recomiendo al alojamiento y mucho menos si la estadía es por varios días y, menos aún, si se viaja a Bariloche por primera vez porque te llevas una muy mala idea de su gente y eso afecta al disfrute del lugar. Simplemente se soluciona manteniendo respeto por el cliente y el huésped.…
Muy buen hotel, con hermosa vista al lago y excelente atención. Piscina semi abierta climatizada con vista al lago. Precioso jardín, muy buena calidad en el restaurante. Buena ubicación para hacer los paseos. Muy recomendable
A destacar de este hotel es la limpieza impecable en general salvo (una pequeña llamada de atención) la ventana de la hab 6 que del lado exterior estaba llena de telarañas, daba impresión abrirla! El orden y buen gusto también predominan en cada rincón y cada cosa está en su lugar. Ropa blanca de muy buena calidad, muy confortables las camas y hotel muy silencioso para el descanzo, con pava eléctrica con tés y mate cocido a disposición,con muy buena calefacción sobre todo en los espacios públicos. Un baño espacioso pero solo con los ameneties básicos. Buena ducha y buen sector de guardado de ropa. El desayuno en lo personal me pareció muy simple, estuve en otros hoteles de la misma categoría *** y a veces no es necesario poner más cosas sino variarlas, a parte de lo tradicional (tostadas, cereales, medialunas , jamón y queso y frutas) que es lo que corresponde, durante los 5 días el mismo budín de chocolate y la pastafrola de membrillo, se hace muy monótono todos los días lo mismo. Y la manteca de pésima calidad y nunca estuvo sobre un recipiente con hielo o agua helada por lo cual y calefacción mediante era como untar una pasta grumosa de muy mal gusto y fuera de la cadena de frío. A destacar son las 2 opciones de tostadoras y la plancha-prensa para poder hacer medialunas c/jamón y queso calentitas! El café siempre caliente y muy rico. Lo mejor de este hotel es su ubicación ESPECTACULAR, los ventanales, TODOS, con vista al Nahuel Huapi. Cada desayuno era una postal y cada amanecer desde las camas era como estar dentro de un cuadro! Por otro lado un jardín amplio súper cuidado, con césped muy verde ( tendrían que recomendarle el jardinero al Llao Llao porque el césped de allí no consiguen a través de los años mejorarlo!) y lleno de flores por todos lados, con bajada al lago. Y tanto a la entrada del hotel como en su jardín trasero el mismo cuidado y dedicación, fuimos en otoño y era una explosión de colores y aroma a rosas y lavandas. Comimos en el resto del hotel muy rico y a un precio un poquito más elevado que el promedio de Bariloche pero fue una buena cena. La atención del todo personal EXCELENTE, amables y siempre atentos a cualquier necesidad. Algo que nos pareció fuera de lugar es que un señor (que luego supimos que es el dueño) en dos ocasiones “se adueñó” del living precioso que tienen al lado del comedor, se extendió a toooodo lo largo del sofá cual si fuera su habitación privada a mirar un partido de fútbol y otro día otra programación y la verdad queríamos tomar algo allí y resultó muy incómodo hacerlo por lo tanto nos fuimos a otro lado. Conversando con una pareja que también estaba hospedada allí nos dijo que les ocurrió lo mismo, nos pareció, modestamente, de muy mal gusto ya que si bien los espacios comunes pueden ser utilizados por todos, creo yo, que compartir con otra persona tirada literalmente en el sillón y sobretodo si es el dueño es muy muy desagradable, en ese momento nos sentimos ajenos al lugar. Espero puedan, si así lo creen por supuesto, corregir estos detalles porque el hotel vale la pena, es realmente hermoso y con unas vistas a través de sus ventanales que te dejan sin aliento!…
Estuvimos en Marzo , todo es perfecto . Desde la atención de todos sus empleados que es un 10 , la limpieza de todo el lugar ,la vista de la habitació al lago, el restaurant "cuchara " muy rico y accesible.
Recomendable... Amé la vista del hotel😍 Todo impecable.. pileta..sauna..restaurant..atención de todo el personal. Muy cerca de todo... mucha tranquilidad alrededor... Cuando no se pudo estacionar abajo..se estacionó sobre calle y había monitoreo desde recepción..Me encantó 😎💪
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