Descubre por qué tantos viajeros ven Cacique Inacayal Lake & Spa Hotel como el hotel ideal cuando visitan San Carlos de Bariloche. Además de aportar la combinación ideal de calidad, comodidad y ubicación, ofrece un ambiente romántico con una amplia variedad de servicios diseñados para viajeros como tú.
Los puntos de referencia de los alrededores, como Catedral de San Carlos de Bariloche (0,7 km) y Church of Our Lady of Nahuel Huapi (0,7 km) hacen de Cacique Inacayal un magnífico sitio donde alojarse durante un viaje a San Carlos de Bariloche.
Las habitaciones de los huéspedes ofrecen servicios como televisor de pantalla plana, y los huéspedes pueden permanecer conectados con wifi gratuito que ofrece el hotel.
Cacique Inacayal tiene terraza en la azotea, servicio de habitaciones y conserje para que la estancia sea más agradable. El establecimiento también cuenta con piscina y desayuno incluido. Si vas a en coche a Cacique Inacayal Lake & Spa Hotel, hay parking gratis disponible.
Mientras estés en San Carlos de Bariloche, quizás quieras probar algunos de los restaurantes que hay cerca de Cacique Inacayal, como El Boliche de Alberto (1,0 km), Alto el fuego (0,7 km) y Cervecería Manush (0,7 km).
Durante tu viaje, no te olvides de ir a ver museos de historia natural, como Museo de la Patagonia.
Para Cacique Inacayal Lake & Spa Hotel tu comodidad y satisfacción son lo primero, y están deseando darte la bienvenida a San Carlos de Bariloche.
Confortable y cálido hotel. Una vista increíble desde los espacios comunes y también desde la habitación. Muy buen desayuno. Muy ricas cenas, aunque se podría ampliar un poco la carta del restaurante. Recomendadísimo el spa y las sesiones de masajes! Las habitaciones grand confort están buenas, podrían mejorar un poco la tecnología disponible. Tener estacionamiento en esta época es un plus. Para destacar la atención del personal de recepción y los mozos. El personal que toma las reservas impecable.
Primero lo bueno: excelente ubicación, sobre el lago y muy cerca del centro. Hermoso lobby con inmejorable vista al lago. Estacionamiento gratuito. Atención inmejorable del personal. Buenos precios del restó y del lobby bar. Lo malo: habitaciones sin aire acondicionado (por lo menos la standart). Desayuno muy bueno pero poco variado si te quedas varios días. Piscina hermosa pero un tanto fria (se escudan en normativa de Bariloche de no mas de 28 grados para el agua pero estuve en varios otros y tenían un par de grados mas que hacen mucha diferencia); falta de frigobar en la habitación; televisor led muy antiguo y contro remoto andaba muy mal; falta de más mantenimiento en habitaciones. Promediando lo bueno y lo malo, el resultado es "bueno" aunque con apenas un poco más, sería excelente!!…
Instalaciones de primer nivel, todas las habitaciones con vista al lago. Limpieza, atenciòn, desayuyno, todo inmejorable. No hay rincòn en el hotel en que no te quieras quedar un rato. En fin, un hotel para disfrutar...
Fuimos 7 noches por nuestra luna de miel. A penas vi la propaganda de éste hotel me decidir por ir allí. Nos recibieron muy bien, hicieron caso a los pedidos de en lo posible una habitación que se vea lo más posible el lago y la verdad increíble. El primer día nos recibieron con una botella de espumante para agasajarnos, Martín el muchacho del bar fue muy atento. De ahí solo tuvimos momento gratos, atardeceres en el balcón, noche con chefs invitados al restaurant del hotel. El desayuno es espectacular!! Volvimos fascinados. Felices! Queremos volver!!!!
Pasamos siete noches con mi mujer y mi hijo de cinco años. El hotel está ubicado a dos cuadras del centro de Bariloche, con una vista espectacular de las montañas y el lago Nahuel Huapi. Cuenta con acceso a la playa, lo cual nos permitió bañarbos en las frías aguas de deshielo, una experiencia maravillosa. Las habitaciones "superiores" como la que tomamos son muy confortables, con una gran vista al lago, hidromasaje, frigobar, caja de seguridad gratuita y el amoblamiento lo habitual. El hotel cuenta con espacios amplios y ventilados, lobby, lobby-bar, bar piso inferior, sala de estar, spa y piscina y varias terrazas. Si van con niños no deben dejarlos deambular solos porque hay mucha escalera y balcones. El personal es maravilloso. No recuerdo el nombre de las señoras que mantenían la habitación, pero fueron muy amables, atentas, flexibles con los horarios y cordiales, y su trabajo fue impecable. Todo el personal encargado del servicio en el desayuno, la pastelera, el mozo, la señorita que renovaba los panes y la joven que nos recibía fueron sumamente amables y simpáticos, era muy agradable contar con su servicio. Agrego que el desatuno contaba con delicias de gran calidad realizadas por Rocío Rúa, que presentaba preparaciones de alta gastronomía y clásicos. Un lujo! También había frutas, fiambres, mermeladas caseras, huevos revueltos, etc. Mención especial merecen Eduardo, mozo del restaurante, que nos atendía en el servicio de la cena. Un profesional de primerísimo nivel y un tipazo, un plus de excelencia. En cuanto a la cena, nosotros habíamos contratado media pensión, y tuvimos la sorpresa y suerte de contar con el honor de ser comensales, cada noche, del Chef Federico Domínguez Fontán y su equipo, donde siempre estuvo Facundo Gonzalez Annan. La verdad: un verdadero lujo sentarnos en la mesa de quien fuera chef en el Sofitel y durante una década Chef ejecutivo del hotel Llao Llao. Actualmente uno de los cocineros emblemático de la Patagonia. Allí se encontraban también, recibiéndonos con su amabilidad y simpatía Julieta Marmorato, una de las más reconocidas Chef del sur argentino, y la preciosa Emma, quien cautivó a mi hijo. No pueden perderse esa experiencia gadtronómica. …
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