Hotel rural muy acogedor decorado con un gusto exquisito. Las habitaciones son amplias, cómodas y muy limpias. El entorno muy silencioso, y tranquilo. Incluyen un desayuno muy completo y delicioso, con zumo, fruta, café, tostadas cada día con diferentes ingredientes, bizcocho, yogur... una pasada! Fui con mi hermana que es celiaca y aparte del pan sin gluten, prepararon un bizcocho casero para ella. Todo un detallazo del chef!! Se encuentran cerca de los pueblos bonitos que visitar en Ourense como Allariz y Celanova, para moverse en coche. Sara y Zoran nos dieron muy buenas recomendaciones para visitar por la zona. Zoran, nos hubiéramos quedado a vivir allí sin pensarlo! Volveremos!
Lo mas destacado de esta restaurada y bonita casa rural es el caluroso y acogedor trato que te dan sus anfitriones, sobre todo Zoran el cual se ha encargado de que nos sintieramos como en nuestra casa. El desayuno está muy bien: bizcocho y galletas artesanales, zumo y yogurt natural y fruta fresca, café y tostada de huevos con lomo ibérico. La habitación que nos tocó era amplia, con una cama cómoda y un baño con ducha. Lo único malo que mencionaría es que se escuchaba todo lo que hablaban y hacían en la habitación de al lado (+18 incluido jajaja) y si tienes el sueño ligero te puedes desvelar bastante fácil. No puedo hacer otra cosa que no sea recomendar esta casa rural.
Llegamos antes de la hora de check in y, muy amablemente, nos dieron la habitación. La habitación muy amplia y con todas las comodidades. Los desayunos preparados por los dueños, riquísimos, no faltaba de nada. Geográficamente, se encuentra bien situada. Como máximo teníamos 1 hora de coche hasta los puntos de interés turístico. Los dueños muy amables y atentos en todo momento a lo que necesitábamos. Sin lugar a dudas, un lugar para desconectar y descansar. Repetiremos seguro.
En una escapada de fin de semana con mi marido caímos en esta encantadora casa rural por una noche. Desde que entras te quedas maravillado; una tradicional casa con un jardincito cuidadisimo: de cuento! Nos atendió Zoran con una acogida muy cálida y amable y fue quien nos acompañó a nuestra habitación, que además de estar decorada con muy buen gusto ( como toda la casa) era amplísima! Al día siguiente, ( hoy) por la mañana bajamos al comedor, que según lo ves te apatece sentarte a tomar algo, dispuestos a servirnos nosotros mismos Zoran se asomo y dijo: de ninguna manera , estáis de vacaciones yo os sirvo. Nos trajo de todo! Buenísimo y artesanal. Estamos encantados, seguro repetimos cuando volvamos por esta zona de escapada un 10 de 10.
Acudimos un muy lluvioso y frío fin de semana de enero. Nos atendió a la entrada una amable Sara, que nos explicó los lugares que visitar, dónde comer y dónde disfrutar de una noche de conciertos por la zona. Acto seguido nos acompaño a nuestra preciosa habitación "O Lombo"; al entrar notamos que hacía bastante frío pero al ver que los radiadires estaban a tope, no le dimos mucha importancia ¡craso error! Al volver de una maravillosa cena en Allariz nos encontramos con una habitación y baño helados; salir de la ducha era un baño glacial y en la cama nos echamos dos mantas y un nórdico uniplaza que había en el armario ¡y nos costó entrar en calor! En la habitación se oía de vez en cuando un zumbido que suponemos se debía al ventilador automático del baño de alguna habitación vecina. Aparte de eso, es una zona muy tranquila, sin tráfico ni ruidos molestos. A la hora del desayuno nos atendió Zorán, un serbio de Ribadeo muy simpático y agradable con el que nos reímos un rato largo. Un gran tipo. El desayuno es correcto, sin alardes. Yo incluiría bollería artesanal y prescindiría de croissants y magdalenas prefrabicadas: mejor un bizcocho casero. Negativo: El frío en las habitaciones. Positivo: La buena atención y cordialidad de nuestros anfitriones. …
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