Primero de todo agradecer a Belén su gran atención y encanto en nuestra parada por Casa Cavoquinho. En una de las rutas que hicimos, una familia de españoles nos recomendó este sitio, por lo que no podíamos irnos de Santo Antao sin visitarlo. En nuestra parada Belén nos ofreció bebida fría y salmorejo típico madrileño de cosecha propia, además nos recomendó una ruta preciosa que disfrutamos muchísimo. El sitio es espectacular situado en el lugar más mágico y auténtico de Santo Antao y con unas vistas brutales. Os lo recomiendo al 100%.
Hotel rural situado en medio del valle de Paul, la zona más fértil de la isla de Santo Antao. El paisaje y las vistas desde las terrazas del hotel son espectaculares! Los dueños, Belén y José, son españoles y están siempre pendientes de todos los huéspedes para que todo esté a nuestro agrado. Está todo muy cuidado y limpio y la comida (desayunos y cenas) es excelente. Belen organiza los desayunos y te orienta sobre las excursiones y caminatas, y José se encarga de las cenas. Solo hemos podido estar dos días, pero ha sido una gran desconexión y nos volvemos con las pilas recargadas. Sin duda, lo recomendaremos.
El pasado mes de julio visitamos la isla de Santo Antão en Cabo Verde. Nuestra primera parada fue Casa Cavonquinho. Belen y José, sus propietarios, tienen un pequeño paraíso con unas vistas increíbles en pleno Valle de Paul, parada obligatoria dentro de la isla de Santo Antão. Los anfitriones siempre están disponibles y te recomiendan que visitar durante el día, intentando siempre mejorar tu experiencia en la isla. Nuestra habitación era muy cómoda y nueva, con vistas al valle. Con un buen colchón y edredón (por la noche refresca). El desayuno y las cenas excelentes, completas y sabrosas, representando con sobresaliente la gastronomía caboverdiana. La casa es un buen punto de partida para realizar diferentes rutas de trekking por la zona o simplemente desconectar y relajarse. Además tuvimos la suerte de tener en alguna de nuestras caminatas la compañía de Luna y Toro, los peludos. Siempre recordaremos con cariño esos 3 días en el valle. ¡Esperamos volver algún día!…
Gracias a José y Belén, pude sacar el máximo provecho a mis dos noches de estancia. A mi llegada a Porto novo, me estaba esperando un conductor de aluguer, que por 450 escudos me llevó hasta la casa. Esa primera tarde, y siguiendo los consejos de José, realicé un precioso paseo de tres horas desde la casa para conocer el valle de Paul. Al día siguiente me fuí en aluguer a Cruzinhas, y andando desde allí a Ponta do sol, para volver en aluguer ( en total alrededor de los 1000 escudos), y el último día subí andando a Cova, en donde me estaba esperando un conductor mandado desde la casa con mi maleta (50 euros), y con el que visité delgadinho y Pico de la cruz, antes de volver a Porto novo para coger el ferry. Todo es positivo en esta casa; los propietarios, las chicas de la cocina y limpieza, el desayuno con productos caseros, las cenas, muy cuidadas a pesar de lo aislado del lugar en el que se encuentra, el entorno, las vistas... Excelente wifi, que se agradece en un entorno tan aislado. Totalmente recomendable! …
Un lugar con encanto único, un entorno de aire puro que invita al relax, un valle sorprendente de colores exaltados, puro trópico- montaña y nubes que borran sus límites. En lo más alto del Valle está un hotelito pequeño, familiar regentado y creado por José y Belen que te harán sentir mejor que en tu propia casa. Las vistas desde el hotel no tienen precio, y menos si además van acompañadas de esas cenas exquisitas que después de un día de buena ruta dan paso a tertulias con el resto de clientes que comparten experiencia. Es mágico y además te permite vivir santo Antao y viajar como lo hacen ellos, con Alocar y así conocer la gente local de gran corazón. La habitación muy muy limpia, nada de insectos, y las fotos no hacen justicia de las habitaciones, son más bonitas. Cama confortable, baño bonito y ducha muy reparadora. Para mí después de recorrer la isla Sin duda tiene la mejor ubicación y recomendaciones tanto de rutas como de gastronomía fuera de Paul. Sin olvidar a la gran y mimosa Luna (perrita) que te acompaña en las rutas si no necesitas traslado en coche.…
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