Hemos estado unos dias hospedados en el hotel rural la enhorcadora, y el restaurante esta justo enfrente, y es del mismo dueño. Nos ha encantado! El hotel es precioso y la comida excepcional. Recomendamos de la carta el revuelto de morcilla, el surtido de embutidos y probamos el entrecot y la calidad de la carne es fabulosa. En el restaurante hacen pinchos los fines de semana y no podríamos decidir cual de ellos estaba mas bueno! Si quieres pasar unos dias en un ambiente rural con encanto y disfrutar de una buenisima gastronomía ESTE ES EL LUGAR! El pueblo es muy tranquilo, pero está a 20min del centro, así que es genial. El dueño, Jose Luis es tremendamente amable, nos ha recomendado sitios donde ir, nos explicó cosas acerca de los resineros y algo de historia, y la chica que regenta el bar por las mañanas nos ha hecho que nos encanten las rosquillas. Recomendamos 1000x1000…
El hotel está muy bien; cómodo y tranquilo. El restaurante de abajo tiene un menú muy variado y de calidad. Lo recomendamos y volveríamos. La atención , limpieza de las habitaciones es inmejorable además de la atención por parte de quienes lo rigen
El sitio es muy bonito, una casona restaurada que no pierde su encanto rural con paredes de piedra y techos de madera, así como mobiliario a juego. Es muy acogedor e íntimo, el restaurante es precioso y la comida buenísima. Las tres personas que nos atendieron fueron súper amables y atentas.
He estado de nuevo por trabajo y genial. El dueño muy atento y simpático. Tras la cena me obsequió con una botella de vino de la zona y dejó el desayuno listo para encontrarlo a la mañana temprano. Como en casa.
Si se encuentra un buen precio online, esta puede ser una buena opción para una parada en el camino en vuestra visita por Castilla y Leon, pero no es una casa rural al uso, con actividades cercanas ni opciones de ocio. Es simplemente una habitación, de ambientación rural, en un pequeño pueblo llamado Portillo, cerca de Valladolid. Habitación, eso sí, amplia y muy limpia. No es posible aparcar cerca, por lo que la opción más cercana es en la plaza del pueblo, a unos 10 minutos a pie. Su mayor ventaja es estar junto al restaurante del mismo nombre, en el que se sirve uno de los mejores solomillos que he probado nunca. Solo por eso, merece la pena volver.
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