Ofrecen cocina y sala de estar compartida y no esta habilitada por pandemia, pero no lo informan. La ducha no tenia bueno el soporte, es decir con una mano sosteniendo la ducha teléfono y por otro tratando de regular el agua ya que eran los dos extremos, muy caliente o muy fría. La subida al hostal es de 45 grados, y una sola calle para los dos sentidos, con esa pendiente fue muy complicado cuando en plena bajada con encontramos con una camioneta que subía y no había posibilidad de orillarse. Los espacios de nuestra habitación muy reducidos e incomodos. Además de ofrecer microondas, plancha, secador de pelo que nunca hubo en la habitación. Lo rescatable el quincho y la persona encargada Tiare que nos recibió.
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