Si no le gusta jugar a meter una bolita en un agujerito dándole palos, no le recomiendo este hotel. Tampoco es recomendable, no ya para personas con alguna ligera limitación física, sino que en absoluto es recomendable para aquellos que no disfruten con estar forzosamente subiendo y bajando escaleras. No apto en absoluto para minusválidos. El aparcamiento está bien, el lugar es agradable, al menos en la época de nuestra estancia. El personal en general es amable, especialmente Francisco en la Recepción. Pero los servicios son algo deficientes, por ejemplo: un desayuno de bastante baja calidad, empezando por un pésimo café, y nulo funcionamiento de la calefacción que no lo solucionan, aunque se reclame. Si va en verano, es recomendable que, antes de firmar y subir y bajar el equipaje por escaleras varias, examine que la refrigeración funciona; no se fíe si le dicen que sí, naturalmente. La edificación es agradable y original a la vista. Sin embargo, encierra defectos importantes. Una cosa es el diseño de un edificio y otra su habitabilidad. En este caso el arquitecto que diseñó el hotel le hubiera venido bien vivir en él una temporada, para aprender lo que es la funcionalidad de un edificio: "La funcionalidad es todo aquello en cuyo diseño u organización se ha atendido, sobre todo, a la facilidad, utilidad y comodidad de su empleo" justo todo de lo que este edificio carece. El conjunto consta de dos edificaciones separadas. Una aloja la recepción y espacios para comedor, desayuno y salón, a los que se accede a través de escalaras, muchas escaleras y sin ascensor. Sólo al bar puede accederse con cierta facilidad; se usa bastante. Otro edificio cercano alberga las habitaciones, al que se accede por una rampa abierta, después una escalera y después un ascensor de un solo piso de los tres del edificio ¿? Esto puede calificarse de "cardio saludable", sin duda, pero en absoluto es recomendable ni cómodo para gente de cierta edad, e imposible para alojarse minusválidos, algo que debería hacerse constar claramente. Claro que, como la mayoría de sus clientes son golfistas ... deben pensar el el hotel pensar que no ha lugar advertirlo. Las habitaciones normales parecen ± correctas en un vistazo rápido, pero las que conozco son las suites ... ¡Ay!... las suites. La parte baja de las suites aloja la cama, una barra con perchas (no hay armario) y afortunadamente, el baño. Hay una parte alta, muy alta (ver foto) amueblada como salita a la que se accede por dos tramos de escaleras muy empinadas con peldaños muy altos; desde la parte superior puede hasta dar vértigo. Todo esto invita a no usar mucho este altillo, pero además es el causante de que haya una importante diferencia de temperatura entre la parte alta y la baja de esta suite, naturalmente la parte alta siempre con temperatura bastante más elevada, lo que es un problema tanto en verano como en invierno y más si la climatización no funciona como ocurrió en mi estancia.…
Todo perfecto, trato, limpieza,comidas, instalaciones, aparcamiento... Por poner alguna pega, pero positiva, es que ponen muchísima comida en la cena. Riquísimo todo. Lugar precioso y muy bien cuidado. Hay que tomar el coche para ir a la playa ya que la más cercana a pie es muy pequeña y es una desembocadura de un río.
Tiene un rollo colonial muy agradable, la habitación es muy muy chula y sin hacer reserva un precio muy aconsejable. Merece la pena pasar un par de días aquí!! Es como estar en otro país, posiblemente africano. Esto es un chascarrillo😜…, no dejan fumar en la terraza que rodea el comedor!
Bueno, vamos allá. HBITACIONES: tal y como aparecen en las imágenes, propias de categoría incluso superior. Para manejar la iluminación hace falta un curso, eso sí. No hay manera de seleccionar de otro modo que no sea desenchufando unidades, o se encienden todas o ninguna. Televisión algo ridícula que no guarda relación. Cama perfecta. Le ponemos un 7’5 no obstante. DESAYUNO, abundante y de calidad, sin “show cooking”, ni falta que le hace, zumo de naranja natural (en agosto), le ponemos un 8’5. RESTAURACIÓN: bastante bien; le hice la “prueba de fuego”, jamón ibérico a cuchillo y gamba blanca de Huelva a la plancha; para un hotel relativamente pequeño, aceptable, le damos la prueba por superada. media pensión siempre es cena (entendible para un hotel relativamente pequeño, por eso no le vamos a restar puntuación en este aspecto), muy buena calidad. Le ponemos un 8. PERSONAL, unos mejor que otros, y no me refiero a las dosis masivas de amabilidad que se presumen como el valor en los militares, sino a uniformidad de criterios cuando se informa al cliente sobre el uso de las instalaciones y no entrar en contradicciones. Le ponemos un 7. BAR: deliciosa terraza, gran variedad de bebidas y cóckteles, buen servicio y posibilidad de almuerzo y cena a la carta en esa deliciosa terraza. Le ponemos un 8’5. LIMPIEZA: organización perfecta, eficacia plena. Ni un pero. Le ponemos un 10, directamente. PISCINA Y JARDIN: piscina pequeña pero más que sobrada porque en efecto, no concurrimos más de dos o tres a la vez. Jardines, una pena; la orientación del establecimiento hace que queden grandes zonas ajardinadas umbrías que se encharcan, con la incomodidad que ello representa; esto no es culpa del hotel, pero claro, el cesped en zona umbría hay que tratarlo de una manera específica que, o se sabe, o no se sabe; y si no se sabe, lo mejor es quitarlo. Falta absoluta e inexplicable de recogida de restos de pino delante de las habitaciones de planta baja con total aspecto de abandono, y esto sí es atribuible al establecimiento. Suspende claramente, un 3 (y siendo generoso) PERSONAS CON DISCAPACIDAD. En el edificio de servicios no hay ascensor, o al menos yo no lo he visto por ningún lado, con lo que para desayuno y cena en media pensión que se sirven en el salón de la planta superior, discapacitados lo tienen chungo. El acceso al bar terraza desde jardín y piscina es también por escaleras; la única forma que tendría un discapacitado de acceder es de forma indirecta y alambicada. Sumamos: 7’5+8’5+8+7+8’5+10+3 = 52’5/7 = 7’5. Bastante bien, pero una pena lo del jardín, le ha restado mucha nota.…
Conozco el hotel desde hace años y nunca me defrauda. En mi opinión, el mejor de la costa. Gracias a todo el equipo: Rocío, la directora, Dani, Juan, David, Ana (un cielo), al igual que Fran, el Jefe de Recepción. Puede que olvide a alguien, pues no recuerdo todos los nombres, pero, en cualquier caso, felicidades a todos por ser tan magníficos profesionales. Este año sí debe de hacer mención especial al osteopata, ¡magnífico! De hecho me dejó nueva tras más de hora y media de masaje. Recomiendo el hotel por su personal, servicios y ubicación. Muchas gracias por vuestra forma de ser y por cuidar tan amablemente a la clientela. Gracias a todos!!!¡ Recepción, cafetería _restaurante, mantenimiento, Kelllies... Si olvido a alguien, por favor, perdón. Ana, Fran, millones de besos y GRACIAS!!!!!…
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