Edifico aislado y tranquilos, respetuoso con el entorno, próximo a Anciles, Eriste y Benasque, pocas habitaciones y muy cuidadas, verdadero trato familiar con servicio impecable, desayuno y cena variada, sana y muy bien preparada con cariño por Piedad. Un hotel para aislarse, relajarse, descansar, solo, en pareja o en grupo. los ciclistas son bienvenidos y los montañeros también. Rafael te informará asesorará y ayudará en tu elección, he experimentado todas las alternativas. El precio muy ajustado. Seguiré repitiendo mis visitas al Selba d'Ancils
Dicen que no hay nada imposible, pero cuando sales por la puerta, tras una semana disfrutando allí, te das cuenta que es muy, pero que muy difícil, mejorar. Tuvimos la gran suerte de comprobar durante el viaje que la atención es perfecta, pues al atardecer recibimos una llamada interesándose por nuestra situación y si necesitábamos ayuda. Cuando llegamos nos dimos cuenta que el entorno es espectacular. El hotel cuenta con habitaciones amplias, espacios generosos, decoración muy cuidada hasta el último detalle, aparcamiento cómodo, acceso sencillo, una finca alrededor para relajarse, ... El personal atento a más no poder, desde las camareras de habitación, hasta las del restaurante. Evidentemente no son más que lo que ven en las personas que regentan el establecimiento: pareja con dominio de la zona y buenas maneras. Trato exquisito en todo momento, preocupándose de nuestras necesidades e inquietudes. Nos informaron al dedillo de todas las posibilidades de la zona, tanto en excursiones al monte, como culturales. En nuestro caso tuvimos la mala suerte de que mi pareja sufrió un esguince el primer día y desde entonces, la preocupación por su estado fue continua, facilitándonos todo tipo de facilidades para una estancia mucho más agrafdable de lo normal. En fin, deseando volver a perdernos por esa zona y reencontrarnos con esa paz y amabilidad que quedará en nuestro recuerdo de una semana maravillosa.…
Hemos pasado dos días en este hotel encantador y ya estamos deseando volver. La primera impresión del edificio y el cuidado jardín es magnífica. El interior no desmerece en absoluto. La decoración, admirable mezcla de estilos, proporciona calidez a las distintas estancias. Nuestra suite, con soberbias vistas, era confortable, amplia, luminosa y decorada con gusto. Tranquilidad y silencio para descansar y desconectar. El desayuno generoso y riquísimo. El trato que nos han dispensado, nos ha hecho sentir como en casa.
Tres días de descanso y desconexion en una hotel familiar tranquilo, con todas las comodidades y con mucho encanto. El desayuno espectacular y si quieres cenar la oferta es variada y muy sabrosa. Los dueños y el personal muy atentos. Terraza maravillosa con espectaculares vistas. Entorno con una variada oferta de opciones para senderistas en esta época del año. Se puede acceder a Benasque dando un paseo, pero creedme que no hay necesidad ya que el hotel ofrece todo lo que puedas necesitar. ¡¡¡Para repetir!!!
Un hotel acogedor, muy bonito con muy buen gusto tiene hasta el más mínimo detalle. Las habitaciones son espaciosas y muy bonitas. Y que decir de los dueños Rafa siempre tan amable y Pilar dios vendiga tus manos nos preparaba todas las noches un cenas de un restaurante estrella michelín probar las torrijas están de vicio. Mi hijo me pregunta a cada instante cuando volvemos y yo le he dicho que pronto, deseando volver pronto a ese paraíso. Mil gracias por crear espacios tan espectaculares y hacernos sentir como en casa.
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