Fantástica adaptación de una finca agropecuaria en explotación para su uso turístico. Excelente situación, vistas e instalaciones. Trato muy cercano y amable. Destaca la tranquilidad que proporciona su entorno. Desayunos con productos frescos producidos en algún caso en la propia finca. Sentirse como en casa pero en mitad de la naturaleza y en el centro de la isla, a unos minutos de cualquier destino
Estuvimos alojados mi mujer y yo la última semana de Agosto 2017 y es uno de los lugares más recomendables que conozco. Es una casona típica menorquina situada en lo alto de una colina desde la cual se divisa incluso Monte de Toro, el monte más alto de Menorca. El servicio es espectacular. El dueño se involucra en cada detalle de la casa. El trato es muy personal y amable. Se respira paz y tranquilidad por donde vas. La piscina siempre está disponible y sin gente. La suite es increíble con unas vistas maravillosas. Todo es ecológico, incluso la comida del desayuno como el vino, y todo está riquísimo. Casa perfecta para conocer Menorca por su ubicación y lo mejor, todo recién reformado y en perfecto estado.
Un 10!! Desde el inmejorable trato recibido por Rafel, pasando por unos desayunos excepcionales, un entorno idílico y unas estancias acogedoras y decoradas con muy buen gusto (tanto las habitaciones como las zonas comunes) Un placer disfrutar de la tranquilidad de la piscina en medio de la naturaleza y además poder saborear productos de la tierra directamente recogidos de los campos que rodean la finca. Volveremos! 😊
Estuvimos una semana en Turmaden y nos gusto mucho la finca y el entorno muy tranquilo ya que dispone de pocas habitaciones. Es una finca menorquina reformado con gusto con campos y jardines tipicos de la zona. La habitacion era muy agradable con una cama muy comoda aunque echamos en falta el aire acondicionado (estuvimos con ola de calor en agosto), supongo que en condiciones normales el ventilador es suficiente 👍. El desayuno es una mezcla de producto locales con algunos ecológicos, nos ha faltado un poco mas de servicio y mas variedad como la posibilidad de pedir unos huevos fritos o alguna opción caliente. Personalmente opino que no puede faltar un zumo de naranja natural en un agroturismo y menos pan fresco. Carmen que venia a servir el desayuno podria comprar pan y cruasanes cada mañana 😉. Para un fin de semana esta bien pero para una semana se vuelve repetitivo. Desgraciadamente no pudimos cenar y no pudimos utilizar la barbacoa, se ha vuelto incluso complicado con nuestra hija ya que no había micro-onda para salir del paso la noches que no nos apetecia salir a cenar. Creo que falta que sea mas claro y abierto el uso de la cocina de verano donde esta ubicado la zona del desayuno, Rafel lo deberia indicar y aunque hay una nevera común sería mas comodo disponer de mas espacio para guardar comida y otras cosas. Preferiría un poco mas de servicio sobretodo en horas de noche para poder tomar algo y tener alguna opción de cena sencilla (biquini, ensalada, embutidos etc). Los atardeceres son espetaculares y un buen gin tonic de Xoriguer con una musica de fondo sería todo un acierto. El servicio de cena estaba publicitado en al web pero no disponible durante nuestra estancia 😒. Nos ha gustado mucho la zona de la piscina por su tranquilidad y la calidad de las tumbonas y parasoles, el agua es un poco dura con mucha cal,supongo que es porque proviene de un poso. La situación del hotel es muy centrica ya que esta a menos de 40mins de cualquier playa o calita de la isla. Rafel es muy servicial y hubiese sido perfecto si hubiera tenido tiempo de darnos indicaciones sobre las calas y playas. Nos prometio una pomada fresa casera que desgraciadamente no pudimos probar 😢. Muy buena opción que podría mejor mucho con mas servicio y con chloración salina en la piscina. …
Hemos estado genial! Rafel es una persona encantadora que te acoge como si fueras uno más de la familia. Los desayunos son brutales, con productos propios y ecológicos. La sobrasada que hacen ellos es deliciosa, y nosotros que somos muy queseros disfrutamos mucho con el queso de Mahón que tienen. Controlan tema intolerancias alimentarias, con lo que da mucha tranquilidad. Cenamos 2 noches y todo estaba súper bueno. Se nota la calidad de los productos. La habitación súper amplia y eso que nos instalaron cuna para el pequeñajo. La paz y la tranquilidad del lugar geniales. Me es imposible poner algún pero.
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