Éste era el noveno año que con ilusión veraneábamos en estos apartamentos, pero por desgracia será el último.De vergüenza cómo están los que a priori eran de primeras calidades:paredes sucias y sin pintar, telarañas en los marcos de las puertas,un cristal roto, bañera cascada y accesorios oxidados, cortinas manchadas, muebles rotos y un largo etc La recepción dista mucho de la amabilidad que tenían Adam o Manolo, que siempre atendían las sugerencias que se les hacían.Este año había un chico joven, que aún habiendo reservado en marzo, nos ha dado el apartamento que les ha dado la gana y nos puso pegas a que aparcaramos en el parking, porque según él no había sitio (comprobamos que no era cierto y nos tuvo que dar plaza de mala gana) Desde luego, si no se cuida más a los-as clientes de toda la vida perderéis mucho. Qué pena.…
no le doy menos nota porque el apartamento que nos tocó estaba aceptable, aparentemente limpio, digo aparentemente porque los huecos de la bañera sucísimos, cualquiera encendía eso...) y sin nada roto (o casi nada), además era alto y con vistas al mar. Pero de todo lo demás...UN CERO. Al llegar no sabíamos por dónde entrar, nadie en la caseta de la entrada que nos indicase, nos metimos en un garaje porque intuímos que era ahí. Al bajar no había ninguna plaza con el nombre de los apartamentos así que mi pareja subió a recepción a preguntar y coger las llaves. Bueno pues menuda recepción, un par de jóvenes (rondarían los 18 como mucho), cero trato al cliente, todo hiper dejado, descuidado y sucio, hasta habia un pájaro muerto al lado del ascensor, no digo más, daba la sensación de estar en un apartamento okupado o algo así. La primer noche bien, pero la siguiente, pese a ser entre semana y recién levantado el estado de alarma, había grupos de crios (ninguno creo que tuviese 18) de paseo por el apartamento con bebidas en mano y armando lio, por la noche no pegamos ojo, hasta las 5 dando follón con música y botelleos, y eso que estaba debajo de nosotros, aún así se oía muchísimo. Después de un cúmulo de sensaciones malas, por lo menos cuando entramos al apartamento olía a fregasuelos. pero vamos que para ser post covid, ninguna medida, los ascensores son de pulsar (y mucho, muy moderno el sistema pero inútil), los de recepción nunca con mascarilla, la piscina sin nadie, no se nos informó siquiera si podiamos hacer uso de ella, tampoco nos dieron el wifi, nos dimos cuenta de que habia wifi (supuestamente) al revisar la reserva del booking. En resumen, lo único bueno fue que hacía fresco de más (dormimos tapados y con todo cerrado) y la buena terraza que teníamos, por lo demás, cero, ni un estropajo tenían para dejarnos. Muy caro para lo que ofrecen.…
la limpieza no existe,el mobiliario pesimo se ven mejores tirados en la basura como los colchones y el sofa que esta todo lleno de manchas,las toallas rotas y sucias menos mal que hay lavadora x que tuve que lavarlo todo y limpiar todo el cuarto de baño,utensilios de cocina tuve que ir a un chino a comprar.zonas comunes muy descuidadas como la piscina una semana que hemos estado alli y nadie la ha limpiado toda la piscina llena de pelos que daba asco meterse, mejor ir a la playa.la gente lo comentaba en la piscina la dejadez y lo sucio que esta todo en general.ENCARGADO MANUEL NADA MAS SE INTERESA POR COGER DINERO NO TE HACE NI CASO ENCIMA MAL EDUCADO CONCLUSION NO LO RECOMIENDO PREFIERO QUEDARME EN CASA
Llegamos un lunes y nos asignaron una determinada plaza de garaje, que no correspondía en numeración con el apartamento. El siguiente lunes por la noche vimos, con sorpresa, que la plaza estaba ocupada por otro coche. Hablamos por teléfono con un tal Manuel, que parece ser que es el dueño o el responsable de los apartamentos, eran como las 21:00 y ya no había recepción. Nos dijeron que no tenía ni idea, que pusiéramos el coche en la plaza que coincidía con nuestro apartamento y que al día siguiente hablaríamos. Al día siguiente el tal Manuel nos dijo que no tenían ni idea de quién era el coche que había aparcado y que no tenía forma de saberlo. Que lo pusiéramos en la plaza donde había pasado la noche anterior, que no estaba tan lejos, ante la jocosidad de una empleada por el "gracioso comentario" de su jefe. Cuándo volvimos esa noche resulta que la nueva plaza estaba cerrada con una cadena y un candado, por lo que tampoco pudimos aparcar. Tras la consiguiente llamada, el tal Manuel no me dió ninguna solución, cómo no podía ser de otra manera dada su desidia . Finalmente decidí dejar el coche en una plaza cualquiera y en ningún momento se ha vuelto a poner en contacto conmigo para darme una solución. Eso sí, la plaza de garaje sí que me la cobraron. La limpieza del apartamento regular. Tampoco nos respetaron las vistas del apartamento que habíamos pedido y que nos habían asegurado que nos iban a asignar cuando hicimos la reserva. En resumen, en atención al cliente CERO.…
Nos alojamos en spiritmar para ver el campeonato de España de comunidades y la verdad que todo fenomenal nada más llegar nos recibió el hijo del dueño muy amable y simpático los apartahoteles estupendos grandes, todo muy limpio, con plaza de garage y muy buen de precio si algún día vuelvo a almeria me hospedarte allí seguro
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