Hemos estado este fin de semana y nos ha sorprendido mucho este hotel. Excelente ubicación y vistas y la habitación tiene todo lo necesario. Cama super cómoda, muy limpio todo y habitación muy acogedora. Desayuno excelente también. Muchas gracias a Delia y a Manuel Jesús por ayudarnos con un problema que tuvimos con la reserva, tuvieron muchísima empatía y lo agradecemos enormemente. Volveremos seguro cuando estemos en Altea.
Pequeño hostal, edificio rehabilitado con gusto. Claramente su punto fuerte es la ubicación, en primera línea y cerca de todo. La habitación es correcta, con todo lo necesario. Desayuno bueno, se toma en el restaurante del mismo nombre, justo abajo y eliges un menú entre varios. Estancia muy agradable. Supongo que debido a la actual situación, en recepción no se encontraba nadie, aunque por wsp nos pasaron las instrucciones y recomendaciones para pedir cena (a las seis cerraban los restaurantes) y el resto de información, no me quejo, aunque soy de los que le gusta ver a alguien, más en establecimiento como éste. Quizás el límite horario y el mal tiempo, deslucieron un poco la estancia.
Facilidad en la gestión directa con el hostal, sin intermediarios de ofertas de bajo precio. La habitación con vistas al mar, es preciosa, no se puede pedir más de su ubicación. La gerente del hostal, es muy atenta y profesional, muy familiar en el trato. También destacamos los desayunos, y el servicio del bar asociado al hostal.
Mi pareja y yo hemos ido a altea a pasar un fin de semana y casa del mar ha sido perfecto. La habitación súper cómoda con vistas al mar y la ubicación genial, cerca de muchos restaurantes. Excelente atención por parte de Delia y el staff del restaurant. El desayuno buenísimo y ofrece varias opciones. Súper recomendado!
Reservamos una mesa para lo hora de comer ya que vimos que el sitio estaba siempre lleno, la camarera que nos atendió al teléfono acepto la reserva sin ninguna pega, pero estaría bien que ella le explicará a su encargado/jefe cómo funciona una reserva, lo que nos dijo el susodicho al llegar fue que la reserva te asegura prioridad en la cola mientras ESPERAS, pero no una mesa, bajo la premisa de que " es que hay muchas reservas que no vienen". Suerte que pudo quedar una mesa libre y pudimos sentarnos a comer porque no me imagino buscando otro sitio bajo el sol de verano de las 14:00 de la tarde. Una vez conseguimos sentarnos pudimos entender porque el sitio se llena, ya que si no te quieres gastar mucho y quieres comer bien este es tu sitio. Era nuestro lugar de desayuno de todos los días. Si la proxima vez que reservemos no nos llevamos ese chasco le ponemos 5 estrellas. Por cierto las tartas caseras estás cojonudas.…
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