La ubicación está muy bien. La atención es bastante rápida pero la calidad de la comida y los cócteles es bastante mala para los precios que tienen. Nada confortable ningunos de los espacios y muy descuidado el inmueble, al menos en él área en la que yo estuve.
La atención es bastante buena, comparada con los establecimientos estatales cubanos a los que uno está acostumbrado. Pero la comida es fatal por lo menos la pizza se puede apreciar que esta hecha sin gracia y sin sentido común de lo que una pizza es. Era un mascota de poco queso y un jamón son gracias alguna. Extremadamente cara para lo malo del servicio como tal. La cerveza buena. Gracias a Dios que Heineken viene sellada.
Muy buena ubicación, habitaciones perfectas en comparación con otros, pero demasiado ruido. No entiendo que tengan la música en el hall estando abierto a las habitaciones, ciertamente imposible descansar hasta bien pasada la noche. El restaurante carece de la mitad de los platos de la carta, ojo en cuba como sabemos los suministros brillan por su ausencia por lo que puede no se achacable al hotel. En general bien, aunque comentar la manía que están cogiendo ya demasiados hoteles en la zona de que no les funciona el equipo para pagar con VISA para que uno tenga que pagar en efectivo.
Este hotel está ubicado frente al parque Leoncio Vidal frente al que también está el Teatro la Caridad, el parque es el centro neurálgico de la ciudad. Es una muy buena ubicación. El edificio es antiguo pero esta bien mantenido. Debe tenerse en cuenta que no tiene ascensor y por lo tanto no es apto para personas con movilidad reducida. En la plata baja esta la recepción y el restaurante donde se toma el desayuno. El desayuno básico. Y también hay un bar que a cierta hora se vuelve muy ruidoso porque pasa videos de música en el televisor y realmente molesta en las habitaciones. Tiene una muy linda galería donde se puede tomar algo durante todo el día y desde donde se ve el movimiento en el parque. Respecto a la habitación estaba en el primer piso (aunque decían segundo). Tiene caja de seguridad y aire acondicionado. Era muy pequeña e interna (la ventana daba al pasillo) y no se sabía si era de día o de noche, de las tres lámparas del techo solo funcionaban dos. En la televisión solo se podían ver 3 canales los demás tenían imagen granulada y no se reconocía la imagen. El baño, también con poca luz. Salía el agua de la ducha casi fría y se inundaba el baño ya que el desagüe no absorbía toda el agua. Consulte sobre las habitaciones y aparentemente las suites dan a la calle, por lo que aconsejo reservar suites que evidentemente serán luminosas. Quiero destacar a la señorita Lismaris, que estaba en la recepción y fue muy amable, nos ayudo con las tarjetas de internet (en Cuba para acceder a internet hay que comprar una tarjeta que tiene un numero de usuario y una contraseña que cuenta 1,50 cuc, alrededor de 1,30 euros y dura para una hora de conexión) y nos aconsejó respecto de la visita a la ciudad…
El Hotel Central, es el ejemplo para entender entre antiguo y viejo . Es un hotel antiguo, con solera, que con su distribución y su decoración te hace evocar tiempos pretéritos. Es fácil dejarte llevar por la imaginación sobre cómo debía ser la vida de la ciudad sentado en su terraza o viendo su interior. Es una experiencia agradable hospedarse en él. Las habitaciones sencillas pero cómodas. Desayuno bastante completo. Servicio muy amable y servicial. Muy recomendable.
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