Frente a la imponente fortaleza medieval de Monterrei se ubica el Parador de Verín, un pazo típicamente gallego que ofrece hermosas vistas al castillo y panorámicas sobre el valle, los viñedos y el relajado y silencioso paisaje de esta localidad fronteriza con Portugal. En el hotel podrás refrescarte en la piscina, pasear por los apacibles jardines y disfrutar de la exquisita gastronomía gallega. Es un lugar para perderse por los caminos del valle, conocer prestigiosos manantiales como Cabreiroa y Sousas, o visitar las bodegas de la D.O. Monterrei.
El Parador está a escasos dos kilómetros de Verín, villa central de la comarca de Monterrei, situada en la provincia de Ourense, muy cerca de la frontera con Portugal y bañada por el río Támega. Además de sus manantiales y el Castillo de Monterrei son conocidos sus ancestrales Carnavales.
Si te detienes a conocer la fortaleza de Monterrei descubrirás tres recintos amurallados, un castillo del que solo se conserva la Torre del Homenaje, la Iglesia gótica de Santa María de Gracia, el Palacio de los Condes de Monterrei, que alberga un pequeño museo de arte sacro, y el antiguo hospital de peregrinos, hoy alberge para los caminantes que se dirigen a Santiago de Compostela.
El Carnaval de Verín ha sido declarado fiesta de interés turístico nacional. Te sorprenderá por tradiciones tan divertidas como las guerras de harina contra los visitantes, y por otras tan arraigadas en la cultura local como el Cigarrón, personaje protagonista que, ataviado con una máscara de madera tallada y exquisitamente decorada, cencerros en la cintura y látigos, fustiga a vecinos y visitantes. ¡Vivirlo es toda una experiencia!
Hotel acogedor.Personal de recepción muy amable. Muy bueno el buffet del desayuno, pero con falta de personal. Solo había una camarera muy eficiente y agradable que no daba a basto. Servicio restaurante sólo disponible en el parador de Monterrey,a unos 500m.Camino pedregoso y muy mal iluminado para ir caminando.El jardín y la terraza con mucho encanto. Comedor desangelado,carta muy escasa, elaboración de los platos regular, aunque postres muy buenos,precio del pan abusivo, camarera muy desagradable...en definitiva el restaurante no está a la altura de Paradores
Ubicado en las afueras de la ciudad en un antiguo pazo. Transmite tranquilidad y sosiego. Vistas espectaculares.Parking gratuito. Las habitaciones son amplias y bien equipadas. Muy buenas medidas sanitarias frente al covid-19.
Pese a ser un Parador pequeño cumplió nuestras expectativas. Hemos estado alojados cuatro días, en un ambiente tranquilo y familiar, rodeados de un personal muy amable que ha estado atento a todo lo que necesitábamos. Hemos desayunado allí y aunque han tenido que cambiar la forma del desayuno buffet tras la pandemia (sirven en mesa), la calidad es la de siempre. Tuvimos una habitación con vistas al castillo de Monterrey (otro Parador con pocas habitaciones). A destacar que en este parador no hay servicio de restaurante sino de cafetería (un poco escaso). Para ir al restaurante hay que subir al otro parador. Habitación de dimensiones normales bastante cómoda.
Estamos muy satisfechos con la labor del personal del Parador, desde la recepción hasta el personal de limpieza y piscina. Nos proporcionaron, con toda amabilidad, lo que les pedimos. Solo decir que las instalaciones requieren una renovación.
Pasar unos días en el Parador de Verín es una experiencia inolvidable. Si tienes una mascota que no sea muy grande te la admiten. En los paradores que ocurre esto tienen un detalle para la mascota, regalan una bolsita con comida. Yo creo que a todo el mundo le gusta que le regalen algo, aunque sea para tu mascota.
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