El Pazo da Pena fue una casa señorial, fundada en el año 1759, construida sobre una peña gigante motivo por el cual recibió dicho nombre.
Se encuentra integrado en el meollo de la pequeña aldea de Rozavales, perteneciente a la villa ourensana de Manzaneda, en la hermosa Ribeira Sacra del río Bibei.
Recientemente rehabilitado respetando su singularidad, el Pazo da Pena vuelve a abrir sus puertas como establecimiento de turismo rural de Categoría Superior, Grupo A, conjugando la máxima calidad y confort con el fin de ofrecer a nuestros huéspedes una experiencia única e inolvidable.
Lugar con mucho encanto, el personal muy amable, el desayuno de buena calidad, y un montón de rincones que son únicos, vale la pena desplazarse para dormir en este pazo, las camas y el baño muy cómodo. Hemos ido en familia y a sido una gran experiencia, 100% recomendado
El entorno que rodea al pazo es espectacular, pura naturaleza, montañas, ríos, embalses, ambiente rural. Las instalaciones muy limpias, acogedoras y las chicas de recepción muy atentas y agradables. El pazo esta bien restaurado y ambientado; el único inconveniente es la localización porque se encuentra lejos de restaurantes y tiendas de comida y otros servicios pero con vehículo propio eso está solucionado.
Sitio precioso, con historia, con mucho gusto, atención exquisita, para relajarte al 100% y descubrir rincones espectaculares en sus alrededores. Todo un detalle poder utilizar la terraza y salón para comer o cenar tu comida. La visita guiada es un plus. El desayuno de gran calidad. Estancia perfecta!!!
Un sitio muy bonito con un trato exquisito de todo el personal sin excepciòn. La habitación era muy amplia y la cama comodìsima. Dispone de salas donde es una maravilla sentarse a hacer nada con una copa de vino, como si retrocedieras en el tiempo.
No llego a dar crédito que en cualquier punto del territorio nacional exista un nulo respeto por la higiene alimentaria, especialmente en una situación sanitaria tan delicada cómo esta. En Galicia las restricciones por el coronavirus han llegado a niveles extremos y en este local ponen leche cortada en el desayuno, habiendo muchísimos afectados, los cuales hemos comunicado tales hechos al personal, el cual se ve que no tiene conocimiento alguno con respecto a la higiene y seguridad alimentaria, ni se preocupa por el bienestar de los huéspedes. Ha sido terriblemente desagradable no solo por lo apuntado previamente, sino muy especialmente porque se autodenominan un alojamiento de lujo, lo cual deja mucho que desear y para nada se adecua con la realidad. Ayer por poco me desmayo al ver una rata muerta durante la visita guiada por las instalaciones. Creo que no merece la pena comentar nada más…
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