Situado estratégicamente, rodeado por las grandes dunas del desierto de Erg Chebbi, Desert Camp Amanar ofrece una auténtica experiencia nómada donde podrá pasar una noche en una Haima (tienda tradicional bereber) hecha a mano con lana de dromedario y equipada con todas las comodidades de un hotel.
El campamento tiene un restaurante, donde podrás degustar las especialidades de la cocina tradicional marroquí.
La experiencia incluye además un relajante paseo en dromedario hasta el campamento para disfrutar del atardecer en las dunas, una noche mágica con el ritmo de la música de tambores bereberes acompañados por un fuego bajo las estrellas y al día siguiente un delicioso desayuno completo después de haber presenciado un magnífico amanecer.
Excelente campamento para vivir la experiencia de alojarse en el desierto, a los pies de las grandes dunas. La comida es muy abundante y las jaimas muy espaciosas y cómodas. Buena higiene y el personal muy atento. Sin duda una experiencia para vivir.
Situación inmejorable, acogedor, precioso, cuidado al detalle. El personal es muy agradable y atento, la comida magnífica, las tiendas e instalaciones un lujo. Cantamos canciones Bereber y madrugamos para ver el desierto. Gracias por todo! Álex y Paula
Si quieres pasar una estancia mágica en el desierto, no dudes en ir al campamento Amanar ¡Es totalmente recomendable la experiencia! Yo fui con una amiga y comenzamos nuestra estancia disfrutando de una expléndida excursión en los dromedarios y disfrutamos de un atardecer sorprendente. Al llegar al campamento nos llevamos una sorpresa tremenda: una alfombra roja nos daba la bienvenida y una hoguera encantadora estaba preparada para protegernos. El equipo es muy amable, son excelentes cocineros y muy generosos. También pudimos disfrutar de su música al son del ritmo de los tambores. Las haimas son maravillosas, en medio del desierto puedes encontrar ¡un hotel de lujo! Y por si esto fuera poco, tuvimos la ocasión de disfrutar del impresionante amanecer al día siguiente. El desierto es mágico, pero es aún más de la mano de Amanar.…
La estancia en el desierto ha sido inolvidable gracias al campamento Amanar. El recorrido por los dromedarios ha sido espectacular. El atardecer y el amanecer han sido los más maravillosos que hemos visto nunca. La noche ha sido mágica por el encanto que tenían las haimas. La comida que nos han ofrecido nos ha dejado sin palabras. Hemos podido disfrutar de la música autóctona moviendo nuestros cuerpos al ritmo de los bereberes. La acogida y el trato recibido por parte de su personal ha sido excepcional. Experiencia cien por cien recomendable. Saha.
Cuando llegamos con los dromedarios a la entrada del campamento no podíamos creerlo! Era de película, con todo iluminado y una hoguera en el camino. Las Haimas con todo lujo de detalles que jamás esperaríamos encontrar en el desierto. La cena a la luz de las velas con mucha y sabrosa comida típica marroquí y acabamos cantando y tocando los tambores con la gente. Por la mañana nos levantamos a ver amanecer y ya estaban esperándonos con un suculento y abundante desayuno. Un sueño de día y noche! La única pega es no habernos quedados más días, ha sido una experiencia maravillosa! Gracias Joussef por todo! Repetiremos más veces seguro!
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