Una relación de por vida con el Salto del Limón Para la familia Alcalá-De La Nuez, el Salto del Limón siempre formó parte de sus vidas y quehaceres. En el tiempos de los padres y abuelos de Antonia y Martín, la cascada era utilizada para bajar la madera hacia el mar y luego dependiendo de su “rugir”, se preparaba las tierras a su alrededor para las tareas agrícolas. A través del tiempo, el Salto se ha convertido en un atractivo turístico famoso y del cual depende las comunidades locales para su propio bienestar. Todo comenzó a los principios de los noventas, con las primeras visitas de turistas perdidos, que se escapaban de las inmediaciones de Las Terrenas buscando aventuras y conocer a la gente local y su cultura. Además esta zona de la Península, al tener diferentes fuentes de agua dulce, cascadas y ríos que desembocan en el mar se fue convirtiendo en un sitio atrayente, cautivando cada vez más y más visitantes extranjeros y nacionales, y por ende a otros empresarios turísticos que desean explotar este recurso con fines turísticos. La gente de la zona también ha percibido que vale la pena también combinar lo natural con las vivencias rurales. Así que en 1997, personas visionarias de las comunidades y con la colaboración de El Centro para la Conservación y Eco-desarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno (CEBSE) crearon la Asociación Comunitaria de Ecoturismo del Salto del Limón (ACESAL), con el fin de promover un turismo rural y respetuoso con la naturaleza y la gente. El objetivo de la ACESAL es también la de cuidar el Salto como recurso natural y que tenga la capacidad de continuar beneficiando de manera directa a las comunidades circundantes. Durante la formación de la ACESAL, Antonia y Martín decidieron en el 2001, construir un rancho y emprender su propio negocio. Aunque fue todo un reto entrar al mundo del turismo, el espíritu emprendedor, la responsabilidad personal, la capacidad de liderazgo y la adaptación a los cambios del mercado turístico han sido los factores de éxito de la Parada la Manzana. El nombre de esta parada es simbólico para Antonia y Martin ya que nace de la fruta tropical manzana de oro (Spondias cytherea sonnerat) cuyo sabor depende especialmente de los cambios; cuando está verde es agria y suele consumirse pasada por agua de sal, pero cuando alcanza su estado de madurez adquiere un sabor bien dulzón y no necesita ningún otro ingrediente, sino apetito y buena voluntad de contrastar algo novedoso. Antonia, Martín y su hijo Salvador (Salvador , nuevo administrador) siguen cosechando frutos, apoyados por un equipo de 6 personas locales que se han capacitado y especializado en el servicio turístico y cuentan también con un grupo de 30 guías locales, que están atentos para la seguridad y el disfrute de los visitantes durante las excursión al Salto. Además como pioneros de la ACESAL, siguen como miembros de esta entidad, que maneja todo lo relacionado a la conservación y a las visitas bajo un convenio de gestión conjunta con el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales desde mediados del 2003. Para asegurar que el Salto del Limón se mantenga como destino turístico de alta calidad con un crecimiento sostenible, en el año 2012 pasó a formar parte del Clúster Turístico de Samaná. En el año 2013 el Consorcio Dominicano de Competitividad Turística ha identificado a la Parada La Manzana como un ente de servicios turísticos innovador y veterano y la ha certificado como un Dominican Treasures (Tesoros Dominicanos). Misión Ofrecer a sus clientes la mejor de las experiencias mediante nuestros productos y servicios, dotando a cada una de las actividades que oferta la garantía de servicio, atención, seguridad y calidad. Visión Ser la mejor empresa ecoturística de la Bahía de Samaná, líder en calidad, brindando a nuestros clientes garantía y seguridad en los servicios que ofrecemos a través de prácticas amigables con el medio ambiente y sostenibles. Valores Parada la Manzana es una empresa enfocada en el bienestar común y la armonía entre los individuos pertenecientes a la empresa. Para alcanzar los objetivos a los cuales la empresa aspira, es preciso que cada miembro actúe dentro de los siguientes valores: Honestidad. Ser honesto ante toda práctica para brindar confianza y seguridad a cada uno de sus clientes, tanto internos como externos. Respeto. Son conscientes de la singularidad de cada uno de sus clientes y la importancia que aportan a la organización, por lo tanto la cortesía está presente en sus labores diarias. Disciplina. Apuestan por esta característica en sus prácticas porque es el camino que los llevará a ser una empresa con carácter, orden y eficiencia. Responsabilidad. Están comprometidos con realizar prácticas responsables siempre a favor de nuestros clientes y orientadas a la conservación de los recursos naturales.