Cuando me mudé a Sídney por primera vez hace más de una década, me impresionó su belleza deslumbrante. La ciudad es lo mejor de Australia destilado en un largo tramo que ha sido bendecido con paisajes salvajemente hermosos, bordeado por playas de arena y lleno de joyas culturales y culinarias. También tiene un ambiente muy relajado, lo que significa que los residentes no se toman las cosas demasiado en serio. La gente va a todos lados en chanclas, el desayuno se prolonga hasta la tarde, las celebridades locales van en autobús (como lo hizo Cate Blanchett en una ceremonia de entrega de premios hace unos años) y las piscinas junto al mar están abiertas a todos. Hay mucho que explorar aquí, es imposible incluirlo todo en un día, pero te divertirás mucho intentándolo.