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<p>Si quieres disfrutar de playas de arena, calas rocosas, tranquilas aldeas o paisajes de montaña, la Costa Brava de España te lo ofrece. Situada al noreste del país y a la orilla del mar Mediterráneo, la Costa Brava presume de veranos cálidos e inviernos templados, lo que la convierte en un destino vacacional durante todas las épocas del año. </p><p>La Costa Brava está repleta de oportunidades para jugar al golf, al tenis o al fútbol, así como para practicar deportes acuáticos. El valle de San Daniel, situado al oeste del macizo de las Gavarras, ofrece senderos para hacer ciclismo de montaña y senderismo, donde podrás contemplar unas vistas impresionantes. Si lo que buscas es una actividad cultural, en el Museo Arqueológico de Bañolas, ubicado en un palacio gótico, podrás disfrutar de exhibiciones de paleontología y cerámica, así como de arqueología. Los amantes del arte moderno no se pueden perder el Teatro-Museo Dalí de Figueras, que alberga una colección de las pinturas de Salvador Dalí. Al final del día, si aún te quedan fuerzas, podrás disfrutar de la agitada vida nocturna de ciudades como Lloret de Mar. </p>
Popular destino económico de vacaciones en la Costa Brava, el antiguo pueblo de pescadores de Lloret de Mar conjuga un clima y un paisaje excelentes con alojamientos a precio muy competitivo. Visite las estrechas calles de la parte antigua de la ciudad y visite lugares como Can Xardo y Can Comadran. O bien disfrute de las olas del parque acuático Water World o navegue y practique parasailing o kayak en el Mediterráneo. Un montón de excelentes playas redondean la oferta de este turístico pueblo catalán, al que se puede acceder fácilmente en coche desde Barcelona.
Bahías diminutas y ocultas recorren la costa alrededor de la adormilada Cadaqués, creando una serie de playas privadas cerca de la frontera francesa. Gracias a su acceso solo por barco, pasarse la tarde nadando y tomando el sol sin multitudes es tan sencillo como alquilar un esquife y navegar por la rocosa costa.
Barcelona tiene un aire de surrealismo, lo cual es apropiado, ya que Salvador Dalí vivió un tiempo en la ciudad y el arquitecto catalán Antoni Gaudí diseñó varios de sus edificios. Al entrar en el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia se tiene la sensación de haber pasado al otro lado del espejo; un viaje que se puede continuar con una visita al Parc Güell. Saborea una sangría en la terraza de alguna cafetería en Las Ramblas mientras observas a los llamativos artistas callejeros y crea tu propio banquete móvil tapeando de bar en bar.
En la pequeña ciudad de Sitges siempre reina un gran ambiente festivo. La vida nocturna es intensa, la gente es maravillosa y la fiesta de Carnaval que se celebra cada año es fascinante en todos los sentidos. Sitges, un referente de la contracultura, es una ciudad vibrante y muy respetuosa con la comunidad LGBT. La comida y la bebida típicas de la zona son sublimes; para empezar, te invitamos a que pruebes el vino de malvasía, elaborado con uvas procedentes de la Antigua Grecia. No te pierdas el Museo Romántico Can Llopis o, si estás por Sitges en octubre, no dejes de ir al mundialmente famoso Festival de Cine de Sitges, una muestra bizarra de cine de terror, ciencia ficción y fantasía.
Aquí encontrarás una cantidad ingente de naranjos. Sin embargo, el verdadero origen de la variedad de la fruta denominada "naranja de Valencia" es California. Los viajeros interesados en la gastronomía local no pueden dejar de probar la paella. Aunque la ciudad contiene numerosos monumentos, la joya de la corona de la Valencia moderna es la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un complejo futurista de museos, cines, teatros y otros espacios.
Disfruta de sus seis kilómetros de doradas playas, practica el esquí acuático en el mar Mediterráneo o date una vuelta por el paseo marítimo de Benidorm, para descubrir su encanto: es una verdadera belleza de la española Costa Blanca. El centro histórico de esta ciudad, que originariamente fue un pueblo de pescadores, sorprende por su iglesia coronada por una cúpula azul del siglo XVIII y sus pintorescas callejuelas. Todos los que suben a las montañas colindantes de Canfali pueden contemplar unas preciosas vistas panorámicas y, en las cuevas rocosas cercanas, los amantes del submarinismo pueden descubrir una increíble riqueza submarina. Para acabar el día, disfruta del sol y de un buen festín de marisco del lugar.
En Madrid hay tantos edificios con aspecto de castillo, que creerás haber entrado en un cuento de hadas. Incluso el ayuntamiento es sorprendente, con sus pináculos blancos y características neogóticas. Un recorrido autoguiado por la arquitectura podría empezar en la gran estatua del oso en la céntrica Puerta del Sol. Paséate por el fantástico Palacio Real antes de impregnarte de la belleza natural del Parque del Retiro y, después, visita alguno de los muchos museos de la ciudad. Podrías rematar de forma ideal cada día con un poco de paella y pequeños sorbos de rioja.
La Alhambra de Granada es una de las construcciones más famosas de España; una fortaleza árabe que combina grandiosos arcos con delicados mosaicos ornamentales. Viaja atrás en el tiempo al serpentear por las ascendentes calles adoquinadas del Albayzín. La recompensa serán unas preciosas vistas desde el Mirador de San Nicolás. La vida nocturna de Granada es dinámica y variada, en parte gracias a la población estudiantil. Pásate por los bares de Calle Elvira o, si te apetece una salida más tranquila, por las tradicionales teterías de la calle de las teterías.
Tanto por sus góndolas, sus canales, sus magníficos restaurantes y su atmósfera romántica para el recuerdo, Venecia es sin duda una de las ciudades que hay que visitar antes de morir. Los palazzos, palacios e iglesias al pie del agua persuaden al que transita por el Gran Canal de estar navegando por el interior de un cuadro. Para sentir Venecia de verdad, tienes que ir a la ópera o a una representación de música clásica, picotear un poco de pasta fresca y pastas de repostería, y entretenerte en las salas de exposiciones de alguna galería de arte. Los amantes de las marcas se quedarán embobados con las magníficas compras que se pueden hacer en la Piazza San Marco (Plaza de San Marcos).
Sevilla, que fue fundada en sus orígenes como ciudad romana y ahora acoge tres sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, rebosa del encanto de la antigüedad. El complejo palaciego del Alcázar es un imponente collage de estilos arquitectónicos y la catedral te impresionará por su belleza y por ser el lugar de sepultura de Cristóbal Colón. El Metropol Parasol es la mayor estructura de madera del mundo: una descomunal mezcla de líneas onduladas y entramados que alberga un mirador y una zona comercial.
A lo largo de los siglos, muchas culturas han dejado huella en esta estimada tierra. Hoy, puedes experimentar esas influencias de primera mano explorando los mahalles (barrios) de Estambul. Con los lugares sagrados de Sultanahmet, la elegancia europea del siglo XIX de Beyoğlu, la alta costura de Nişantaşı, la vibrante sociedad del café de Kadıköy y las calles de Beşiktaş donde hay pasión por el fútbol, no es de extrañar que los viajeros digan que Estambul no es solo una ciudad, sino muchas ciudades en una.
Goreme es una ciudad literalmente excavada en la roca volcánica que abre paso al Parque Nacional de Goreme, una vasta extensión declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en cuyo seno encontrarás espectaculares ermitas rupestres de los siglos 10 y 11. El parque en sí es famoso por sus formaciones rocosas en forma de chimeneas y es uno de los favoritos de los excursionistas. También es una zona magnífica para probar la gastronomía y los vinos turcos.
Conquistar Nueva York en una visita es imposible. En vez de eso, visita lo que no debes perderte (el Empire State Building, la Estatua de la libertad, Central Park y el Metropolitan Museum of Art) y, después, explora lugares menos transitados como The Cloisters o alguna de las bibliotecas de la ciudad. Date un gusto en las bohemias tiendas del West Village o con una deliciosa comida en el Upper West Side. El bullicioso mercado que alberga la Grand Central Station literalmente te hará saborear lo mejor de la ciudad.
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