Su lago del mismo nombre es la mayor atracción del aristocrático Como, donde los jardines junto al lago y las estancias palaciegas florecen con abundancia. Desde hace mucho tiempo es una especie de patio de juegos para los ricos, pero esta ciudad atrae a una mezcla de turistas y amantes de la moda de Milán que planifican sus viajes por la región del lago o hacia la ciudad cercana de Bellagio.

Milán es la primera parada obligatoria de la región más próspera de Italia. La catedral, el teatro de La Scala y la iglesia de Santa María de las Gracias, que alberga "La última cena" de Da Vinci, son sólo algunos de sus atractivos. Igualmente fascinante es el esplendor al estilo Belle Époque de la Galería Vittorio Emanuelle II, del s. XIX. Cuando no sufre una de sus frecuentes huelgas, el metro de Milán es un excelente medio para explorar la ciudad. También puede alquilar un coche para conocer la región, con sus ciudades llenas de arquitectura románica, la península de Sirmione y la costa del lago Garda.

Ubicada en la punta de un acantilado que sobresale hasta el lago de Como, Bellagio cuenta con una costa y vistas alpinas incomparables. Agrégale calles adoquinadas llenas de boutiques, residencias italianas y jardines aromáticos, y no será ningún secreto por qué Bellagio es conocida como la perla del lago de Como.

Varenna es tan atractiva y turística como sus vecinas localidades del entorno del Lago Como, pero conserva la esencia de un pueblecito auténtico, salpicado de pintorescas casitas de pescadores y una bonita playa. Relájate junto al lago o visita los jardines de las dos villas, Villa Monastero y Villa Cipressi. Si quieres visitar otras ciudades, como Milán, puedes coger uno de los trenes que te llevan directamente o un ferry.

Con su ubicación perfecta junto a un lago y los Alpes de fondo, la afortunada ciudad de Lugano aglutina un poco de todo. Asciende al monte San Salvatore o al monte Bre en funicular para disfrutar de vistas panorámicas del lago, los ríos, las montañas y los tejados rojizos bañados por el sol. Adéntrate en la ciudad y visita sus iglesias, sus catedrales y su expresiva y colorida Piazza della Riforma. Degusta algún plato típico cocinado a fuego lento, navega en barco por el lago o pasa el día bañándote en la piscina olímpica del puerto.