Detrás de una pequeña puerta en el patio de este pueblo se esconde un restaurante con un entorno impresionantemente bonito: hermoso jardín y ambiente acogedor. Desde el momento en que se hizo el pedido, en realidad las cosas fueron muy mal: todo tardó mucho tiempo...... Causa: los dos jefes de sala no se atreven a confiar en sus camareros, se les critica constantemente, se les mantiene en pequeño y no se les da ninguna responsabilidad, se les reduce a seguir órdenes y ... si no vienen, pues hacen lo que sea. Resultado: lío para el cliente. La comida no es espectacular... y claramente sobrevalorada para la mediocre calidad que ofrecen. Afortunadamente, el jefe de camareros enseguida se dio cuenta de que no estábamos muy contentos e intentó compensarlo ofreciendo postre de parte de la casa. Buen gesto, pero en vano. No volveremos por aquí. Por este precio, espero comida y personal de calidad, y no lo conseguimos... y eso no compensa el bonito jardín. No recomiendo este lugar.Más