Alejados del circo actual de la mayoría de los restaurantes estrellados, en lo que parece que lo más importante es que el chef aparezca en las redes sociales, sobre todo Instagram, en eventos grandilocuentes, con famosos o con otros amiguetes cocineros (jamás con un cliente..."normal") y con nula o mínima aportación gastronómica, está este restaurante que se ha convertido en un referente gastronómico nacional.
He acudido en numerosas ocasiones desde que tenía 1 estrella Michelin hasta su etapa actual, con sus 2 estrellas, en las que se ha notado una clara evolución en su cocina, con una técnica más depurada, un acabado de los platos más limpio y una mejora en el tema de vajilla y otros detalles.
Su menú "corto" que es más bien largo y del que he disfrutado en varias ocasiones, no tiene competencia por la relación calidad-precio y por el contenido del menú que incluye incluso quesos y dos postres. Posiblemente el menú degustación con mejor relación calidad-precio de Europa.
La última vez pedimos el menú intermedio (85€) con dos platos más con respecto al anterior menú. Todos los platos excelentes, a gran nivel.
Mi enhorabuena Fran y Cristina, los culpables de que Maralba exista y, en general, a todo su equipo, porque, no nos equivoquemos, un restaurante no lo hace el chef (como parece que ocurre hoy en día o, al menos, es lo que nos dan a entender) sino todos sus trabajadores, incluido el encargado de la limpieza.
Conviene reservar con meses de antelaciónMás