Con la situación que hemos vivido estos últimos años hacia muchísimo tiempo que no iba a una sidrería. Animado por la relajación de las medidas y como tenia SAIZAR en mi lista de lugares a visitar, me anime a reservar.
La sidrería es muy grande...y resulta impersonal. El recibimiento no es el mejor del mundo, haces fila hasta que alguna de las camareras (amables y sin parar) puede acercarse a preguntarte.
Una vez en la mesa te indican donde están las kupelas, que vuelven a estar operativas.
Al ser tan grande el comedor, decidimos coger una de las frascas que tienen, llenarla y así reducir los paseos.
Comer, hemos comido bien, sin más, aunque tengo la sensación que estábamos acelerados…
Si que debo decir y no lo pregunte, que en todos sus menús anuncian “txuleta de buey”. No soy un experto, pero por el precio que se paga y el tamaño de la txuleta tengo muchas dudas que esto sea así. En cualquier asador la carne de buey es el top de la carta, con piezas de precio alto y peso/tamaño en consonancia.
Pagar en menú a 40€ y disfrutar de carne de buey… aunque si ellos lo anuncian entiendo que será así.
Después de esta última visita a una sidrería de las auténticas, sintiéndolo mucho, no me gustan.Más