Restaurante de toda la vida, famoso por sus tablas. Más bien tablones, y por supuesto para compartir entre más de dos. Buena calidad, cantidad y precio, y lo más importante, todo en su punto. Mi favorita es la mixta pues tiene entrecot, chuletitas, escalopines, longaniza...de un lado y del otro pulpo, calamares, chipirones y gambones, todo ello con sus patatas fritas y su ensalada, todo por 57€. Nosotros comimos 5 personas. También aconsejo probar el variado de tortos.
Tienes salón o terraza no muy grande. Atención fantástica. Y buena sidra.
Muy recomendable.Más