Aparentemente, restaurante que ofrece una buena impresión al llegar, más que nada, por el entorno ( rodeado de viñas y volcanes ) en el que está situado....pero ...las apariencias engañan...
La carta pobre, escasa, para las supuestas pretensiones del local.
Los precios no estarían mal..., si se correspondiesen con lo que sirven.
Platos de contenido mínimo , escasos y de regular preparación.
Ofrecen 1/2 raciones, pero son MINITAPAS, que ni para que coma un niño de 5 años.
Por 2 huevos fritos con 4 papas contadas , nos cobraron la friolera de 7 euros ...¿ Estamos locos ?
Lo mismo que por 2 minúsculos huesos de conejo ( sin carne alguna ) con 4 papitas arrugadas del tamaño de aceitunas.
Y para rematar, otros 7 euros por el " bistec ", un diminuto trocito de carne, blanquecino y lleno de grasa.
Cuando trajeron los platos, no sabíamos ,si reír o llorar.
!!! No sé cómo no les da vergüenza servir esos platos tan ridículos !!
Adjunto fotos y juzguen ustedes.
Además, la atención no es buena, por parte del camarero ( el único que había ), y da la impresión de que va en función de si pides más o menos cosas.
Si pides tu botellita de vino embotellado a precio de oro , te da conversación y sonrisas, y si ERES ABSTEMIO ( como es nuestro caso ) y pides agua, el semblante cambia y la atención es seca y con un tono irónico desagradable.. Pienso que es un gran error, porque los clientes lo notan, y no volverán, como haremos nosotros.
!! Ah !!.....por cierto, el camarero ( que va de listillo - sabelotodo ) está más pendiente de escuchar lo que hablan los clientes ( llegando incluso al atrevimiento de inmiscuirse en las conversaciones ) que de su trabajo. Se olvidaba de cualquier cosa que le pedías , o te traía lo que no pedías, dando vueltas por el comedor como pollo sin cabeza.
Por último, comentar que hay que pedir cita, porque en caso contrario, no te atienden si llegas con el tiempo justo, aunque hayas mesas libres y la cocina esté abierta.
APARTE DE QUE MIENTEN EN EL TEMA HORARIO, te dicen por teléfono que no cierran a mediodía, y cuando llegas, resulta que la versión es otra, y que cierran de 4.30 a 6 para ellos poder comer.... !!! Alucinante !!!
En fin, hay otros muchos restaurantes en la preciosa isla de La Palma,en donde te atienden con amabilidad exquisita, los platos abundantes y bien cocinados ,y en un ambiente más agradable.
Si visitan la zona de Fuencaliente , recomiendo comer en el fogón, puesta de sol y el jardín de la sal.Más