Mi opinión es exclusivamente del restaurante.
Fui con mis padres a comer un domingo, la verdad que un poco a la aventura, sin saber como iba a ser el menú. En primer lugar sólo, había un menú cerrado de 20 euros ( aperitivo + entrante...+ principal + postre + maridaje). Esto a mí, a priori, no me importa porque como de todo, pero puede resultar un problema.
He de decir que sólo me gustó el vino, con un apunte... te traen la botella abierta a la mesa... lo normal es que la abran delante de ti, ¿no?... salvo que rellenen las botellas (algo me da que pensar que es lo que hacen)... primero sirven un vino blanco y después un tinto (me gustaron los 2)
De aperitivo, "carrillera de rape sobre esfera de hummus"... el rape echado a perder con un rebozado que sabía a gamba gabardina y la esfera de hummus era una pasta seca bastante mala también...
De entrante "arroz cremoso de pechuga de pollo campero escabechado"... el sabor no estaba malo, aceptable, poca cantidad eso sí... y el pollo escabechado me pareció un pollo plancha desmigado con unas gotas de vinagre...
De principal, medallón de ternasco con salsa de vino tinto y foie... el mejor plato del menú, sin ser tampoco una maravilla... un 6/10
Y de postre una tabla de quesos, bajo el nombre de "Sinfonía de quesos en texturas"... pues eso, una tabla de quesos
En 40 minutos ya nos habían servido los 4 platos (se agradece cuando la experiencia no está siendo demasiado buena)
La bodega está en un enclave muy bonito sobre los viñedos y el edificio también es bonito...da pena que el restaurante esté tan poco cuidado... el comedor grande, ruidoso y con una decoración mas de restaurante de carretera que de bodega de vino... Y las 2 personas que tenían que atender a los 60 comensales iban agobiadas, de lado a lado y poco caso podían hacer a los comensales...
Para mí, UNA PENA QUE UN SITIO TAN BONITO TENGA UN RESTAURANTE TAN POCO CUIDADO...
Quizá tuve mala suerte, no lo se (aunque no me da la impresión)... Espero sinceramente que mejore!Más