Seguro que os suenan esas imágenes de Dioses hindúes con ocho o diez brazos que se agitan caoticamente en todas direcciones sosteniendo toda suerte de los más variopintos objetos imaginables.
Pues nada comparado con el ÚNICO camarero de La Pulchra, encargado él solito de atender...las mesas del velador,las del salón exterior,las del salón interior, tomar nota de las comandas, encargarse de las reservas, y un largo etcétera que ni un ejército de Dioses Shiva serían capaces de soportar.
Podría intentar describir cómo sus brazos se multiplican en todas direcciones recogiendo, repartiendo,limpiando, cobrando, cómo sus piernas superarían la velocidad de los antilopes más rápidos de la sabana africana... Cómo sus ojos se dividen en miles de ocelos para vigilar que nadie haga un "sinpa" en la mesa más remota...
Por favor, ponganle ayuda a este mozo, o como mal menor, ponganle el sueldo de los 3 o 4 camareros que se están ahorrando.
Que por un sueldo de camarero no se puede ser Dios Shiva, plus-marquista de los 100 metros lisos y ojo de halcón de Roland Garros, todo a la vez.Más