Fuimos a cenar en pareja un dia laborable de junio...
El restaurante estava semi vacio(4 o 5 mesas)
Tuvimos que esperar casi 40 minutos para poder sentarnos en una mesa, habiendo reservado a las 21h
Una vez acomodados pedimos unas sardinas y unos calamares plancha...totalmente decepcionantes, parecian chicle gomoso...el vino blanco de la casa deja bastante que desear..
Pedimos para acompañar, pan con tomate y el maitre se nego a traerlo aludiendo que tenia pan y tomate, però no lo servian porque no estaba en la carta...y de un modo un tanto grotesco,finalizo su explicacion con una frase muy curiosa:"esto es sota, caballo y Rey" ... Le propisimos que lo untariamos nosotros mismos, a lo que respondio que tambien tenia huevos però no servian tortillas...
En fin, un sitio antiguo,sucio, caspososo, con una cocina obsoleta y un servicio lamentable, poco professional y escaso...
No volveremos a este restaurante
Un saludo!Más