Vivo solo en Barcelona. Aquí no tengo familia y apenas un par de amigos. Tengo mi despacho, mi trabajo y el poco tiempo libre del que dispongo lo dedico a mi yo bebedor, mi yo comedor y mi yo sandunguero.
No son pocas las veces...que me enfrasco con algo en el despacho y me dan las diez y pico largas a lo que levanto la cabeza del escritorio. Tarde para hacer planes. Pocas (ninguna) ganas de hacer cena y no demasiado apetito. No hay duda, otra noche que me bajo al Gimlet.
¿Es un sitio barato? No. ¿Es un sitio animado? Para nada. ¿Es un sitio de moda? Quizás allá por 1979. Pero tiene algo que valoro más que nada en el mundo: buena bebida y cero coñazo de camareros o parroquianos.
Yo me bajo a tomar un (dos o tres casi siempre) Old Fashioned con la única aspiración de leer algo interesante/divertido en mi teléfono y que las voces de mi cabeza hablen cada vez más bajito. No quiero conocer gente nueva, ni mucho menos tener que responder preguntas de cortesía mal entendida.
Me da igual el tiempo que ha hecho, o la estupidez del político de turno. Solo quiero cerrar pestañas abiertas en mi cabeza y darle a “hibernar” hasta el día siguiente. Gracias, gentes del Gimlet, por permitirme seguir haciéndolo.Más