El pasado sábado fuimos cinco amigos y yo a este sitio, cerca de la avenida Diagonal por el lado montaña y también cerca de la zona de ocio. No lo conocía, la verdad, y tampoco me extraña ya que se encuentra en la plaza Narcís...Oller, un tanto escondido y alejado, a la vez que cercano a las zonas ya mencionadas. Escribo para daros mi opinión de este sitio. Así que sin más dilación, al puchero. Y nunca mejor dicho...
El sitio en sí es bastante acogedor, presenta una interesante iluminación con un puntito tenue que a mí, personalmente, me gusta. No creo que sea algo 100% relevante pero oye, ahí está. Por lo demás el salón en sí está bastante recogido y no es demasiado ancho, lo que puede dar lugar a dos interpretaciones. Una: que al ser tan pequeño te agobies si hay bastante gente. Dos: que lo veas un lugar acogedor y algo más íntimo. En mi caso, me decanto más por lo segundo.
Respecto a los platos que tomamos, la carta claramente invita al picoteo salvo en el apartado de los postres. Además que a servidor/menda no le gusta atrae especialmente la idea de compartir un placer dulce, pero eso es otro cantar...
Comenzamos con las croquetas de jamón. La verdad que estaban bastante bien, muy tiernas y con una lonchita de jamón por encima que acentuaba su sabor. Un detalle bonito y efectivo.
El pan con tomate, sin ser una maravilla, estaba muy bien: crujientito, tierno y jugoso. Más directa y al pie, imposible.
Luego vinieron las bravas, y este fue el platito que personalmente me gustó menos. Entendedme, estaban buenas y tiernas las patatas, pero no me han sorprendido tanto a diferencia de otros lugares que las sirven por un precio menor y donde sí me han tocado la patata (guiño, guiño).
Pero una de cal y una de arena: destaco los raviolis de setas y gambas me encantaron. Para mí estaban en su punto de cocción y su relleno estaba exquisito. Sin duda, junto a los siguientes dos platos, lo que más me gustó.
Enlazando con esto, mencionar también el steak tartar y el vacío de Wagyu. Me encanta la ternera. Es una carne que disfruto mucho en su puntito, e incluso cruda, así que estos dos platos sin duda hicieron mis delicias. El primero de ellos venía con coquitas muy finas y crujientes como un acompañamiento ideal para poner encima la carne. DE-LI-CIO-SO. No puedo decir otra cosa de un plato con muchos sabores y una carne de ternera crudita muy bien adobada y aliñada. Puntazo positivo en este sentido. El segundo y último de ellos fue el vacío de Wagyu. Aquí venía servida la carne a tiras, cocinada al punto (incluso un pelín menos), junto a una crema de patatas. Muy buena mezcla. Como ya digo, la ternera 'al punto un pelín menos' es algo que adoro, y este plato nuevamente me gustó mucho, así que el apartado de platos principales lo termino con un muy buen sabor de boca.
Respecto a los postres, pedimos una ganache de chocolate con aceite de oliva, un cheesecake y un coulant de pistacho con helado de yogur. Soy muy chocolatero, quizás un poco más de lo necesario pero oye, que me quiten lo bailao'. La ganache fue el que más me gustó porque ese puntito de aceite realzaba el sabor y, en este sentido, era algo diferente que es de aplaudir.
El cheesecake, si bien en este sentido me pareció algo más predecible rompiendo esta tónica, también estaba bueno y esponjoso. Acabo con el coulant de pistacho: en su punto de calor por dentro, tierno y esponjoso. Muy bien de nuevo.
Hablando del servicio poco y bueno a comentar, ya que cuando voy a comer fuera, soy un cliente muy sencillo: me gusta que estén por mí lo justo y necesario. Que se preocupen por mí, sí, pero no más de la cuenta ya que eso me empalaga y para dulces ya están los postres. La atención fue, en este sentido, correcta, ya que nos explicaron muy bien los platos y nos sirvieron bien, con atención, rápidos y lo justo y necesario.
No me quiero alargar más, creo que he hecho una reseña justa y pormenorizada de mi (nuestra) experiencia en este restaurante y, si bien dudo personalmente que vuelva a este sitio en un tiempo breve por su precio, creo que es justo mencionar que la comida en líneas generales estaba muy bien con tres o cuatro pinceladas que, efectivamente, me (seguramente nos) sorprendieron. Recibimos una atención bastante buena y correcta en un sitio bastante acogedor y agradable. Por estas razones, y a pesar de que dudo que vuelva en un tiempo, le voy a poner CINCO PUNTOS. No existe la opción de poner cuatro puntos y medio, así que pondré cinco porque creo que es lo más justo.
Comer en un restaurante no es simplemente atiborrarse (que también) sino disfrutar de algunos puntos que sorprendan. Y en este caso no terminé lleno, de hecho me quedé con un pelín de hambre (también porque éramos seis y eso fue algo en parte relevante), pero hubo sus platitos que resultaron sorprendentes, y eso no todo el mundo lo puede decir. De ahí mis cinco puntos, por mucho que no vuelva en tiempo.
Así que nada, esta es mi reseña^^Más