Tenía las expectativas muy altas con este restaurante, el marketing que tienen es bastante bueno y esperaba encontrar una gastronomía italiana muy auténtica, con ingredientes de primera calidad y pasta fresca hecha en el mismo restaurante, pues es lo que se desprende de su publicidad....Estuvimos comiendo el día de San Valentín y me llevé una decepción bastante grande... No puedo decir que comiera mal, pero sí que no era lo que me esperaba: la calidad es bastante regular y es más un restaurante "de batalla" que un restaurante italiano clásico. Por lo que respecta al servicio, tengo que decir que es casi lo mejor del restaurante, la chica que nos atendió estuvo muy atenta en todo momento y las medidas de prevención del COVID se adoptaron en todo momento (amplio espacio entre mesas, aforo controlado...). No obstante, en barra están especialmente volcados en los pedidos para el reparto a domicilio, de modo que nos tocó volver a esperar una vez ya habíamos entrado al restaurante y nos habían dado mesa.Más