Por motivos laborales como en muchos bares/restaurantes, este es el peor que me he encontrado en muchísimos años. Los camareros chillándose delante de los clientes, bajándose la mascarilla para tocarse la nariz, volvérsela a poner y sin limpiarse las manos, seguir sirviendo platos. Ah! Y...se confunden con el postre de dos clientes, se lo ponen a cada uno en su mesa, les dicen que no es el suyo, lo “devuelven” para un minuto más tarde, poner ese mismo postre a la persona correcta. Terrible...candidato número 1 para bajar la persiana y no volver a subirla.Más