Volví al asador porque en Ceuta sólo tenemos un asador de carne como tal, que es este. Al final, terminas repitiendo sitios por escasez de los mismos y no por méritos, en algunos casos. Este es uno de los casos. El servicio bien, atento y...amable, ni un pero. La cerveza bien fría, en jarra helada, cosa que se agradece, y el tinto de verano en vaso ancho, también bien presentado. El vino solicitado decente y atemperado. Por ahí cero pegas.
Pero vayamos a la comida, que es el quid de la cuestión: por resumirlo: todo aquello que necesitaba una mínima elaboración, bien estaba ejecutado deficientemente, bien no tenía una calidad mínima exigible. Pedimos chorizo y morcilla de tapa. Decente. Sin mérito. croquetas de sama: regulares. Sin crujiente alguno, masa chiclosa. A mi parecer, calentadas en el microondas, con una salsa por encima que no pedimos (dejadla al lado), y con unas patatas gajo grandes, de buen aspecto, pero que al morder estaban faltas de sabor, y lo que es peor, de cocción -estaban sin terminar! Como principales: chuletillas de cordero lechal, según reza en la carta. CHICLE PURO, a 18 euros. Una vergüenza, no di crédito. las acabó mi acompañante por hambre, pero yo solo mordí una, y ya me costó. Entraña de ternera: decente de sabor, pero algo dura, y pasada de punto. Se lo comenté al camarero, y me dijo que la siguiente vez dijera yo que qué punto quería. ERROR. Cuando toméis nota de la carne, aseguraos vosotros de que la carne sale al punto que el comensal quiere. No es tan complicado. Postre: tarta de queso: buena, falta de acompañamiento de mermelada como topping, pero bien de sabor. Total: 59 euros. Relación calidad/precio: mala. Posibilidades de que vuelva: cero. Que sigan dando menús, pero que cierren la carta, si esta va a ser la tónica. Un asador debe ser un cénit de la buena carne, y este....en fin.
*PD: Mencionar el horror que es comer rodeado de gatos en la terraza exterior, todos haciendo corrillo alrededor de las mesas, persiguiéndose, lamiéndose, pidiendo, te gusten más o menos, o seas muy alérgico, como en mi caso. Además, con algunos comensales con mucha mala educación tirando comida al suelo, dándole comida a los gatos, con lo cual, efecto llamada, ante la pasividad total y absoluta de los camareros y del establecimiento en general, que debe tener aparte una casa de acogida de gatos, por que no se entiende el zoo.Más