No pasaba por este bar desde antes de la dichosa pandemia, los fines de semana sigue siendo mejor reservar para no llevarse sorpresas. Los platos imprescindibles son el salmorejo que esta increíble, el flamenquín todo un clásico de la casa y las albóndigas de choco...que siempre me han parecido muy buenas pero creo que algo han cambiado la receta que ahora están espectaculares. Los postres tarta de queso y la nueva tarta de chocolate que además es apta para celíacos y esta buenísima. El precio muy correcto y personal amable como siempre, el único pego que he encontrado es que alguien le debería comentar a la camarera que estando en una pandemia la mascarilla debe estar siempre puesta ya que estaba mas tiempo en su cuello que en su cara.Más