Iba yo en una lluviosa tarde valenciana en el tren camino a la capital, cuando de repente acabé el libro que estaba leyendo sobre el apareamiento de la oruga canora. Me encontré entonces en la tesitura de que hacer, y teniendo el móvil a mano...y Gigas ilimitados en mi tarifa, decidí darle la oportunidad a aquel documental que dejé a medias sobre hábitos curiosos en diferentes especies animales. Todo transcurrió en paz y sosiego hasta bajar del tren y rugirme el estómago cual León que aparecía en el interesante documental que seguía disfrutando. Sintiéndome desmayado, deambulé por la ciudad de valencia sin rumbo hasta acabar en el restaurante Khambú, a la postre mi salvación. Me senté y mientras esperaba, mi móvil reproducía el final de los acontecimientos de mi documental, donde un perezoso 🦥 se quedaba dormido con tal mala suerte que debido al sopor, confundía la rama con su propio brazo, precipitándose débilmente al suelo donde los demás perezosos se reían de él. Solté una carcajada sincera, y pensé que no había nada más dulce, sabroso, sano, delicioso y gratificante que aquella muestra de felicidad en forma de risa. Hasta que probé las maravillosas patatas, aquellas deliciosa hamburguesa y aquella majestuosa tarta. Todo vegano, todo sano y todo delicioso. Y ahí caí en mi error, y desde entonces cada vez que me rio, pienso en aquella hamburguesa, cada vez que sonrío pienso en aquellas patatas y cada vez que evoco la felicidad pienso en Khambú.Más