Máximas expectativas volatilizadas como una traca en plena falla valenciana. 'Viva los novios!!' gritamos. Quizá el tono fué fuerte. Quizá el tono fué agudo pero no para que el dueño nos dijese: 'a la p*** calle' Las expectaticas se truncaron en ese momento. Desilusión. La...desilusión se hizo persona en un momento de felicidad donde dos buenos amigos celebraban su despedida, y gracias a su dueño se nos aniquiló como un terremoto a su isla. Al tun tun fue más un 'tran tran'. Fue poco. Supo a nada. Fue insípido. Fue un insulto. Y más bien fue un disgusto.Más