Cuentan que hace más de medio siglo, cuando aún no estaba de moda ser vegetariano (y no digamos ya ser vegano), Doña Efigenia ya ofrecía a sus clientes sus particulares menús, el Puchero y el Potaje de Berros. Hoy sigue ofreciéndolos, pero si vienes de...lejos y no sabes en qué consisten no hay problema porque el camarero te facilita (de palabra) un tutorial: vienen tres cuencos, el de ensalada, el de gofio y el puchero propiamente dicho, se va poniendo todo ello en el plato formando como triángulos... Y por si te quedara alguna duda, acaba diciendo que "carne y pescado no trabajamos". El resto de la carta es bastante modesta (aunque merecen mención los champiñones rellenos de almogrote) pero lo más alucinante, aún más que la comida, es el sitio: como si efectivamente entraras en una casa gomera de hace más de medio siglo, con las paredes y las estanterías llenas de recuerdos... y con Doña Efigenia (a sus años) recibiéndote personalmente y ofreciéndote conversación. Sólo por eso ya merece la pena.Más