He valorado mi visita como MUY BUENA porque no hay la opción de BUENO, que sería lo que hubiese marcado.
La comida acorde calidad-precio. Todo rico y bien presentado. Pero en mi caso las "sombras" vienen por el servicio. La camarera debe tener cuidado con...las "bromas" y las "salidas de tiesto". Un poquito... vaale, pero no sabe dónde está el límite y puede encontrarse con algún problema.
Creo que hay una línea y no debe cruzarse. Cuando el cliente, el que va allí para disfrutar, pasar un rato agradable, comer bien y salir satisfecho, se encuentra con una persona que desde el minuto uno está haciendo "gracias, pero sin gracia" incluso en alguna ocasión te hace sentir incómodo... chica.. háztelo mirar porque esa no es la actitud que hay que tener en Sala.
Nada más entrar al acomodarnos en la mesa ya nos indicó que "no sabía si íbamos a aguantar el aire acondicionado porque daba ahí de plano"... en fin... ni que decir tiene que lo normal es: o nos das otra mesa, o arreglas el aire acondicionado para que todo el mundo y en cualquier mesa esté a gusto. A lo que añadió "seguro que después del vino ya ni os dais cuenta":.. Ësta fue la primera "perla".
Afortunadamente la persona más calurosa se puso donde daba más aire y no le importó, pero si no llega a ser así, ¿qué hubieran hecho? porque yo no lo hubiese aguantado y está claro que así no iba a comer.... (Para los que vayáis: la mesa en cuestión era la que estaba al fondo a la derecha, al lado de la ventana... desconozco si habría más en la misma situación).
En fin.. que sin ánimo de extenderme y de hacer esta opinión kilométrica, lo resumiré con frases como éstas:
"Y porqué te has dejado eso en el plato?" "es que no te gusta??"
"Vaya... ya te has acabado el pan... Pues muy mal"...
"Has utilizado las dos cucharas del postre?.. No lo entiendo...por qué? si solo había que utilizar una, la otra era para el siguiente postre" Os juro que aquí hasta parecía mosqueada en serio, como si la hubiese cabreado el que usáramos dos cucharas en lugar de una... ¡¡Muy fuerte!!
Éstas son algunas cosas que la verdad no comprendí... Nos llego a dar apuro pedir más pan, o dejarnos algo en el plato.. A mi por ejemplo el huevo cocido no me gusta, y uno de los platos del menú degustación llevaba un huevo mollet que lo camuflé un poco entre los cubiertos para evitar dijera alguna impertinencia, porque estaba viendo que al final me iba a "tocar la moral" e iba a saltar... y, por supuesto, lo quería evitar.
No sé si nos toco la china solo a nosotros o suele ser así con todo el mundo... Leyendo opiniones no veo quejas de este tipo, así que con suerte sólo fue este día en concreto y con nuestra mesa. (pero qué suerte que tenemosssss!!!)
Comida buena, local pequeño pero acogedor,... y esta señora en la Sala creo que debe corregir su "saber estar" porque se va a llevar más de un sartenazo como siga así... Pienso que es falta de experiencia y punto, así que lo mejor que puede hacer es aprender cual es la diferencia entre amabilidad e impertinencia.
Dudo que repitamos.Más