En ocasiones resulta difícil efectuar un mal comentario sobre algún restaurante, sobre todo cuando como en el asunto que nos ocupa el servicio es joven, con ganas y predispuesto, pero hay cosas que no pueden suceder.
No se puede ofrecer civet de jabalí y sacarnos...el guiso que se nos presentó.
Cuando le indicamos al personal de sala cómo preparaban un civet sin sangre, nos contestan que al principio cocinaban la receta original, pero que a la gente no les gustaba y se cambió por un "guiso", que sin estar malo del todo, no es civet.
La media tabla de quesos sin gracia, muy normalita, bueno el steak tartar y decente el ternasco...
Lo mejor el Viña Ardanza a 24,5 euros la botella...así da gusto.
La verdad es que pese al empeño puesto, no nos gustó.Más