Cuando no tenemos tiempo o menú o lugar o personal para atender a los clientes lo mejor es la sinceridad y los clientes decidimos si nos quedamos o nos vamos, pero no podéis tratar así a las personas, recordad que hay más establecimientos de restauración...a los que les gustaría atender bien a esos clientes que vosotros no podéis.
Gran fallo... cuando tenéis un rótulo ofreciendo un menú, cuando se acaba se quita el cartel... no podéis sentar al cliente comandarle la bebida y tras 30 minutos ofrecerle la carta porque no hay menú...queda feo. Es una simple recomendación de personas que regentamos otros restaurantes.
Eso sí, pidieron disculpas tras 1 hora de espera.
Por supuesto ni lo recomiendo ni volveré aún estando al lado de mi lugar de vacaciones.Más