Lugar tranquilo y relajado donde encuentras platos bien presentados y con olores fragancias y gustos que son una delicia al paladar a la vista y al olfato, con una carne argentina hecha a la parrilla sabrosa y tierna, y con una gran bodega en vinos...argentinos, chilenos y de aquí de España…y un postre como el macanudo para los amantes del dulce de leche…calidad precio muy bien…camareros atentos y muy acertado el vino Trumpeter de la ladera de los andes que nos recomendaron…solo un pequeño fallo y es el acomodar en mesas muy pequeñas para dos comensales, cuando hay bastantes mas grandes sin utilizar, y sabiendo que a esa hora ya no se va a llenar.Más