Degustamos unos platos muy ben elaborados. Sin grandes florituras, pero muy logrados, para disfrutar del arte que lleva consigo su chef Gabi Conde. Disfrutamos con el caldo gallego, el lacón con grelos y las virutas de foie con coulis de manzana. Nos encantó la magia...de la cocina del restaurante ourensano, dejándonos un grato recuerdo y un compromiso para volver.Más