Cenamos en este Restaurante que, como siempre, supera las expectativas. La ropa vieja de pulpo, para compartir, exquisita. Y el Rabo de Toro y el Ossobucco, unas delicias. Los postres, terapia de chocolates, el mejor broche final. Buen vino y mejor trato por parte del...equipo con el chef Pedro a la cabeza. Muy recomendable y para repetir, sin pensárselo dos veces. VolveremosMás