Me encanta este sitio y es de valorar que un restaurante de carácter humilde te haga sentir como en casa. Por eso mismo, me veo en la obligación moral de puntuar bajo esta vez, todo sea por mejorar y perdure durante mucho tiempo en nuestro...querido Arenales del Sol.
He pedido el menú con la paella de arroz con bogavante para dos. Los entrantes eran demasiado escasos, he contado ocho boquerones, seis gambas del tamaño de un tapón. Tan escasos que me ha dado vergüenza pedir más. Entendemos la situación, tras la subida, las cosas están fatal y bueno, aunque no lo justifica, somos humanos y comprendemos todo tipo de situaciones, esperando la paella sin pensar más allá.
Pues bien. Llega la paella “seca” en teoría, pues no pedimos melosa, de bogavante, faltando una pieza del bogavante (una tenaza, que quedas peor si no la pones). Sabía a cocido, el arrós caldós de la terreta. Imagino que se habrían confundido de caldo, y no pasa nada, pero quien se ha ido con la cuenta con ochenta euros católicamente pagados he sido yo. Sin rechistar por vergüenza.
La camarera, muy maja, al ver que no estábamos comiendo a penas, se aproxima a mi mesa y nos dice: ¿qué está mala? Entre mi vergüenza, comiéndola por cumplir (porque un domingo en primera línea de la playa, o comes eso, o no comes nada porque estaba todo a tope) y mordiéndome la lengua le contesto: no, no te preocupes, estamos en ello, y gracias. Por si fuera poco, ha vuelto a venir diciéndole a mi pareja que la paella si no estaba vacía no se la llevaba. Entiendo que era un tono irónico y de broma, y está genial, pero me he sentido un poco impotente porque mi cara era un cuadro de Picasso, muy apática y apeteciéndome cero unidades de broma.
Y la verdad que no quiero seguir. Valoro mucho los negocios familiares y tras una situación difícil se han mantenido y salido a flote, pero chicos, entendedme a mí también. Me han robado ochenta euros de la cartera por la cara, y por el cariño que os tengo, no os he dicho nada. Pero los billetes no caen del cielo y menos esperando comer decente, que ya no bien, porque días tenemos todos y puede tambalear, y es comprensible y no pasa absolutamente nada.
Pero me he ido llorando.
Todo se mejora. Os deseo lo mejor, y ojalá podamos vernos pronto de nuevo. Pero este tipo de cosas, cuando el cubierto vale una pasta, no se pueden dejar como si nada.Más